Baja la cabeza, se mira las manos, el vientre y los mechones empapados que enmarcan su cara. En su imaginación se amontonan recuerdos, días más o menos felices, conversaciones hipotéticas, momentos hipotéticos, se apoya en la pared para no desfallecer, el tacto es frío contra las yemas de sus dedos. Agradable consuelo. Acaricia la fresca pared, la besa, la abraza, dulce, dulce apoyo para su piel pálida. Se deja caer hasta el suelo, pero él no parece estar tampoco ahí para recogerla.
Los segundos se arrastran uno detrás de otro. El latido rítmico de Ruby adquiere un tinte melancólico mientras ella baja la guardia ante sí misma, el agua intenta arrancarle las lágrimas encerradas orgullosamente en su mirada, entra a borbotones por sus labios entreabiertos, le produce un atragantamiento continuo y dulce. Fácil. Tal vez demasiado; se ríe de sí misma, como hace todos los
#Hoy me cae bien. Mañana te gritaré que te alejes, pero hoy me cae bien.
+No lo haría aunque lo gritaras cien veces...
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