Aquellas cosas que no viviste vuelven hoy para decirte "quédate un ratito más".
Ese maravilloso momento, las luces, los aplausos, los gritos, las risas, la música, el movimiento, los colores y en medio del barullo la última campanada no le llega a la suela de los zapatos en esplendor a nuestro beso, tu cuerpo contra el mío, el ruido y como escenario la Puerta del Sol, yo que bebo de ti, tu que respiras de mí, mis uñas que se aferran a tu abrigo, tus dedos que se pierden en mis mechones, la gente que nos mira, los jóvenes divertidos, los mayores escandalizados, los dos que sabemos a vodka y a uvas, me miras y me recuerdas en un grito que fue culpa mía.
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