Podemos quedar todos los sábados en Alonso Martinez. Te preguntarás por qué, ¿y por qué no?
Y podríamos ir al bar de la esquina de la canción de Pereza. Y tener un amor de quince días. O de quince vidas. Ya sabes, en ese bar que hace esquina con la Calle Mayor. Lócamente enamorados, estúpidamente drogados, arrasadoramente reconquistados. También podría darte tu primer beso de Lunes. Porque te daría un beso el lunes. Y el martes, y el miércoles, y todos los días. Pero solo uno.
<Habríais podido tener una historia increíble.
Ahora, cúrratelo.
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