No te quiero, no te quiero, no te quiero, no te quie...

Quizás sea tan sencillo como garabatear palabras en una hoja de papel, se lo meterá de estrangis en la cartera y él se despedirá con un beso en la mejilla como todas las noches, llegará a casa y desdoblará el papel intruso en el que pasará a leer dos millones de mentiras y adiós a todo. Ella está convencida de que él no la echará de menos y seguramente tenga razón; todos sabemos que poco a poco esa pobre ingenua lo superará, cogerá todas su caídas y las apilará despacio, las mirará desde todos los ángulos, se frotará la punta de la nariz, intentará evocar una melodía oscura y llegará finalmente a la conclusión de que ya no está tan segura de que mereciera la pena.

+ ¿Qué puedo hacer?
# ¡Huir!
+ ¡Es imposible!
# ¡Siempre hay opciones! 36 opciones.