Y entonces, poco a poco, todos los colores empezaron a tomar significado, el
azul turquesa de ese día que era capaz de sonreír con los ojos cerrados, el
verde manzana de un paseo entre mil, el
morado de aquel primer enfado y el
rosa de la reconciliación, páginas más allá me encontré el
azul preocupación y el
amarillo casi ilegible del miedo a decir la verdad, un
verde caqui desteñido por las lágrimas acompañaba de la mano a la alegría del
naranja, te quise un lunes de color
malva y te eché de menos un miércoles
marrón, pasando página tras página, color tras color, recordé todas las cosas que me dijiste y todas las cosas que no me atreví a decir.
¿Y ahora?
¿Me explicas por qué no consigo soltar el color negro?
"Que comience el juego. No hay final, sólo principio. Todo está permitido. Y todo es un juego. Recuérdalo."
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