jueves, 12 de enero de 2012

Que las cosas malas casi parecen buenas a tu lado.

Tú y yo seríamos de esos, de esos que no son como ningún patrón. Nos cogeríamos del dedo meñique para que no nos separase la carretera y mandaríamos un beso -pero solo uno- por una tarjeta postal dirección nuestro buzón de cartón a prueba de lluvias. Además nuestro día especial sería los martes, porque joder, ya va siendo hora de que le quite el gafe. Y la lluvia el granizo puede ser nuestro fetiche. Un beso que te deje los dedos engangrenados, ¿a que mola?
Podemos quedar todos los sábados en Alonso Martinez. Te preguntarás por qué, ¿y por qué no? 
Y podríamos ir al bar de la esquina de la canción de Pereza. Y tener un amor de quince días. O de quince vidas. Ya sabes, en ese bar que hace esquina con la Calle Mayor. camente enamorados, espidamente drogados, arrasadoramente reconquistados. También podría darte tu primer beso de Lunes. Porque te daría un beso el lunes. Y el martes, y el miércoles, y todos los días. Pero solo uno.


<Habríais podido tener una historia increíble.
Ahora, cúrratelo.

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