miércoles, 30 de marzo de 2011

Querido Yo Olvidado.

-Cuánto tiempo sin cruzarme esos ojos. ¿Qué tal andas?
+Esa frase era mía, aún me acuerdo. Bueno, los recuerdos vienen y van, los días pasan, ya ninguno es igual que el anterior, el cielo se ha vuelto azul y ha aparecido una cosa que la gente llama Sol.
-Vuelves a ver el mundo... Eso es genial.
+Ya había olvidado lo que era sonreír.
Seulement sans toi je n'éxite pas...-Y qué tal con ese nuevo Tú, que algo tendrá que ver.
+Bien. Mal. Genial. Bueno... es dificil de explicar. Es como... genial. Pero también es tan frustrante. Es todo tan perfecto, y tan seguro. Y a la vez tan desastroso. Es curiosa mi forma de estar mas feliz que en toda mi vida, y a los diez minutos estar de bajón. De estar cogiéndole todo el cariño del mundo, y después odiándole con todas mis fuerzas.
-Alto, alto, alto. ¿Qué haces? ¿Es que acaso no te he enseñado nada?
+Claro que sí, ¿por qué dices eso?
-Pareces haber olvidado la lección más importante, la más difícil de aprender, la que solo entra con sangre, la crucial.
+¿Cuál?
-No te enamores nunca.




-Eso es todo.
+Habla quien sabe, ¿no?... gracias. 

sábado, 26 de marzo de 2011

Your tears don't fall, they crush around me.

Lo sabe demasiado bien. Sabe demasiado bien que esa película no es lo bastante triste como para hacerla llorar. Y que las lágrimas que vienen, peligrosas, tienen una razón de ser muy diferente.
Pero no, se niega, se niega a llorar. No esta vez.
Traga saliva, aprieta los puños y parpadea para contener las lágrimas. Con un esfuerzo sobrehumano, se levanta del suelo y sigue caminando hacia un futuro difuso. Entonces lo sabe. Jamás permitirá que él la haga llorar. No va a ponerse a la altura de esa chica, ese papel no es el suyo, no va a llorar, no esta vez, no como ella.
No como ella...

 
 ~¡Abre los ojos! Solo está jugando, no hace más que jugar.
+ Cállate. Cállate, por favor.  

lunes, 21 de marzo de 2011

Hoy me puedo conformar con un beso y nada más.


https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB-GsWdPeuVI9g-wyBp4taDImkocy7nERJXBBa_yWx5BkQq3fowMun_8E_i5f5jI4w8kFHfu-_s9ZPe2kqmOErm4GHQsqFb2nPQHqe722Bzk8RqLAdsZDLhRWY_A8DWSLX6IJVFTdKQMqB/s1600/abrazo.jpgDoce menos cuarto.
Caminan de la mano, con ganas de comerse el mundo.
Llegan a su puerta. Ella toma aire. Él la mira.
-No te vayas.
Esas tres palabras, las únicas que habría deseado que nunca pronunciara. Ella arruga el entrecejo con su característico gesto preocupado, y replica con voz suave:
-¿No habíamos quedado que sería solo un día?-él abre la boca, pero no encuentra palabras. Quizá porque no existen.
-No te vayas-repite. Ella deja escapar un gemido agónico y baja la mirada.
-Date cuenta que... sería un error. Lo de hoy, ha sido un error-le mira de reojo y ríe tímidamente-. Un error genial, pero... un error-le mira. Él se pasa los dedos por el pelo y resopla.
-Pero a ver, si es que... ¿qué más da?
-A mí me da.
-Pero yo quiero que te quedes...-se le rompe el alma y lo mira- Cuando te vayas, no habrá un día como hoy. Me das todo y me lo quitas. No puedo... abrazarte ni besarte nunca más.
-Quedamos en que sería un día-señaló con un hilo de voz.
-El día no ha acabado.
-Está a punto.
-No te vayas...-Ella aprieta los ojos para contener las lágrimas y sacude la cabeza. Él se agacha buscando su mirada. Sus ojos húmedos se encuentran. Él se acerca y la besa. Ella se deja querer mientras los sollozos agitan su pecho. Él la abraza con fuerza. Ella le aprieta como si fuera la última vez, como siempre. Se miran a los ojos. Memorizan sus rasgos. Un último beso los hace conocerse más. Ella deja escapar una mano a su espalda apoyada en la puerta e introduce la llave en la cerradura sin separarse de él. Un último beso sabe a pasión, a lágrimas y a despedida.
-Te quiero.
-Te quiero.
Corre dentro y se apoya en la puerta cerrada. Se encoje en el suelo mientras las lágrimas empapan la sudadera que ha olvidado devolverle. "Mañana-se djo-hablaremos como si nada hubiese pasado. Mañana los besos no habrán existido. Mañana será otro día."
Mira el reloj. Doce menos cinco. Sus padres la matarán. Un nombre se ilumina en la pantalla del móvil y hace acelerar su corazón.

El problema es que se cree más de lo que es para ti. O mejor dicho, que sabe exactamente lo que es.

domingo, 20 de marzo de 2011

La peur.

Le temps
Ella con un cigarro a medias y el pelo alborotado. Ella pisando con pesadez los charcos. Ella mirando tiritar las estrellas en la fría noche de marzo.
Semáforo en rojo, un mini, un mercedes, y verde. Las llemas de sus dedos acariciando una barandilla. Alguien en algún segundo celebra una victoria de algún equipo y hay música en aquel balcón.
Su Nokia le dice 3:19. Eso, y que nadie le ha llamado en lo que va de noche. Nadie que le preocupe si está mal o bien, nadie que quiera saber si ha llegado ya a casa o simplemente nadie que la llame para utilizar su voz como nana.
Ya no pasan coches, observa el semáforo pasar de verde a rojo y a ámbar sin nadie a quien le importe. Ya no se oye música, ni forofos, ni el recuerdo de las gotas de lluvia sobre su beso. Ya no quiere tocar barandillas ni volver a casa, simplemente quiere saber que el mundo sigue girando y ella viva.
Quizás que no hay nadie para verla, quizás porque está filosófica o quizás porque el último Martini estaba de más, salta a la carretera y se pone en medio, y gira, gira sin parar.
Y sigue girando hasta que ya no puede ver nada, no puede oír nada, solo siente su melena azotándole la cara, sus pies martirizados ignorando el dolor e invitándola a girar, y entonces lo sabe, está segura, sí, el mundo se ha parado y no hay nada que ninguno de los ilusos que ahora son meras estatuas pueda hacer para evitarlo.
Siempre serán para ella las 3:19 en un Nokia vacío de te quieros.




-Es que... mándale a la mierda ya, ¿por qué martirizarse?
+¿Y por qué no?

sábado, 19 de marzo de 2011

Live and let live.

Baja las escaleras de dos en dos, sale a la calle, el sol le sorprende y se quita la chaqueta. Mientras se suelta el pelo la brisa le trae el olor a cloro de la piscina aún cerrada.
Cruza pisando lo blanco, un mensaje, una sonrisa, el mundo está a sus pies. Deja al sol hacer de las suyas escondiéndose entre sus mechones y toma aire.
Aire de primavera.
La gente la mira por la calle, irradia felicidad y rompe esquemas.
Aún no lo sabe, pero va a ser un gran día.




Gracias, de verdad...

martes, 15 de marzo de 2011

Je ne sais pas ce qui se passe, mais je sais pourquoi on m'appelle mademoiselle pas de chance.

Nosotros.
Ese "nosotros" tan maravilloso, que nos hace crecer, sentir, sonreír a medias cuando lo decimos, que nos hace sentirnos orgullosos de lo que hemos creado.
Ese "nosotros" que se está convirtiendo día a día en un "tú" y, muy de vez en cuando, "yo".
Mientras vamos cayéndonos en el abismo, mientras voy volviendo a mi Noviembre, mientras el mundo se empequeñece y toda excusa queda reducida a palabras susurradas, aquello en lo que éramos ejemplo se vuelve desastre, todo se derrumba y se reconstruye cada cinco minutos, todo va y vuelve sin descanso.
No podrías solo aparcar ese orgullo y sin sentido, aparcar miradas de refilón, aparcar fachadas. Porque en eso nos basamos, ¿no? Tú y yo. En el aparcar fachadas y convencionalismos, en no fingir, ser cómodos, ser Nosotros. Y esa es la mayor farsa de todas.
Peor que cuando jugamos, que cuando juramos un falso te quiero, que cuando utilizamos a quienes nos rodean, que cuando nos reímos de la gente, la mayor de todas las mentiras es el sostener que no somos dos, que somos simple y llanamente Nosotros.


 ~Mi opinión es esta: aunque te quiera -que te quiere- está jugando.


+No tienes ni idea de con quién juegas.

domingo, 13 de marzo de 2011

No hay nada imposible.

Búscale y encuentra su sonrisa. Esa sonrisa que tantas veces fue para ti, que la viste al alzar la cabeza desde el suelo, que la tuviste a dos centímetros de ti, esa sonrisa que te enamoró, encuéntrala ya no para ti, encuéntrala haciendo feliz a aquella que derrumbaste.
Maldice el tiempo transcurrido, la vida que tan perra ha sido en el último año, maldice todo lo que ha y todo lo que debería haber sucedido, llora en la almohada cada noche, recuerda sus costumbres, pregúntate por qué, por qué, por qué ella y no tú, y cuando estés al fondo del abismo, coge todo ese odio, ese rencor, esa tristeza y esa envidia y sácale algún parecido con todo aquello que le hiciste pasar a ella.





-¿Por qué me pides perdón?
-Sabes que jamás lo hago si no lo siento de verdad.

viernes, 11 de marzo de 2011

Je vois la vie en rose.

Porque este es nuestro juego, peligroso, morboso, atrayente y, sobre todo, único.
¿Quién depende de quién? Nadie habló de dependencias. Nunca.
Ambos veníamos de mundos de hipérboles y convencionalismos. De jugar sin ganas. Buscamos en nuestra obviedad desesperada la estabilidad, y la buscamos en la cuerda floja.
Estúpido, por supuesto; pero, ¿y qué no lo es?
Lo reconozco, fui yo quien necesitaba acción, quien sacó el tablero. Pero siempre con tus reglas.
Este es un juego especial, solo se puede jugar a solas y a oscuras. Así son las cosas. Pero, ¿qué mas necesito?
En la cárcel tomo miel, los puentes y las ocas me retrasan, todo es al revés, tú mandas pero yo manejo, todo va rápido, acción, velocidad, color, risa, morbo, puta droga...
Los dados llegan al 20, todo da vueltas cuando empiezo a jugar, lo olvidaré todo: lo malo, y lo bueno. Pero es todo tan perfecto.
Tú tienes diez fichas y yo tengo dos. Cada dos casillas, caemos en la de Sonrisas, y cada tres, en la de Frustración.
Y la meta, la meta...
 
 
 
- Ya está, se acabó...
- Pero, ¿qué dices? Apenas ha empezado...