lunes, 21 de marzo de 2011

Hoy me puedo conformar con un beso y nada más.


https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB-GsWdPeuVI9g-wyBp4taDImkocy7nERJXBBa_yWx5BkQq3fowMun_8E_i5f5jI4w8kFHfu-_s9ZPe2kqmOErm4GHQsqFb2nPQHqe722Bzk8RqLAdsZDLhRWY_A8DWSLX6IJVFTdKQMqB/s1600/abrazo.jpgDoce menos cuarto.
Caminan de la mano, con ganas de comerse el mundo.
Llegan a su puerta. Ella toma aire. Él la mira.
-No te vayas.
Esas tres palabras, las únicas que habría deseado que nunca pronunciara. Ella arruga el entrecejo con su característico gesto preocupado, y replica con voz suave:
-¿No habíamos quedado que sería solo un día?-él abre la boca, pero no encuentra palabras. Quizá porque no existen.
-No te vayas-repite. Ella deja escapar un gemido agónico y baja la mirada.
-Date cuenta que... sería un error. Lo de hoy, ha sido un error-le mira de reojo y ríe tímidamente-. Un error genial, pero... un error-le mira. Él se pasa los dedos por el pelo y resopla.
-Pero a ver, si es que... ¿qué más da?
-A mí me da.
-Pero yo quiero que te quedes...-se le rompe el alma y lo mira- Cuando te vayas, no habrá un día como hoy. Me das todo y me lo quitas. No puedo... abrazarte ni besarte nunca más.
-Quedamos en que sería un día-señaló con un hilo de voz.
-El día no ha acabado.
-Está a punto.
-No te vayas...-Ella aprieta los ojos para contener las lágrimas y sacude la cabeza. Él se agacha buscando su mirada. Sus ojos húmedos se encuentran. Él se acerca y la besa. Ella se deja querer mientras los sollozos agitan su pecho. Él la abraza con fuerza. Ella le aprieta como si fuera la última vez, como siempre. Se miran a los ojos. Memorizan sus rasgos. Un último beso los hace conocerse más. Ella deja escapar una mano a su espalda apoyada en la puerta e introduce la llave en la cerradura sin separarse de él. Un último beso sabe a pasión, a lágrimas y a despedida.
-Te quiero.
-Te quiero.
Corre dentro y se apoya en la puerta cerrada. Se encoje en el suelo mientras las lágrimas empapan la sudadera que ha olvidado devolverle. "Mañana-se djo-hablaremos como si nada hubiese pasado. Mañana los besos no habrán existido. Mañana será otro día."
Mira el reloj. Doce menos cinco. Sus padres la matarán. Un nombre se ilumina en la pantalla del móvil y hace acelerar su corazón.

El problema es que se cree más de lo que es para ti. O mejor dicho, que sabe exactamente lo que es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario