lunes, 23 de diciembre de 2013

Color Mando Diao

¿Qué pasa si ya no utilizo papel de envolver dorado? ¿Qué más da que ya no me ría cuando bebes café? ¿Y si ya no me hace gracia verte manchar la cocina? ¿Está prohibido? ¿Y qué importa si miro con ansia por la ventana...?
Me revuelvo en el asiento mientras me regañas porque me he portado mal. Porque se suponía que estaría, y no estaba. Porque se suponía que tenía que ir al trabajo, y no fui. Porque se suponía que tenía que quererte, pero no te quiero.
Te miro enfurruñada y me castigas llorando lágrimas de color Mando Diao.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Turn off the lights, close your eyes.

Mis dedos buscaron esa canción casi sin pensar. Y, con los primeros acordes suaves de guitarra, levanté unos ojos cómplices hacia sus pupilas. Él miraba el equipo de música con una media sonrisa ligeramente sorprendida. Yo apenas podía aparentar casualidad. Entró la batería, y el mundo se detuvo.
Ahí estaba yo, agachada frente al estéreo, con la mirada clavada en sus sospechas. En él. La abarrotada sala fue desvaneciéndose a nuestro alrededor conforme las notas se volvían más rápidas y envolventes.
Y entonces me miró, me miró, me miró.




Y si te, si te, si te sirve de algo; que note, note, note que has llegado. Que note que estarás siempre a mi lado. Yo, mientras, seguiré aquí sentado.

martes, 19 de noviembre de 2013

So keep that list of who to thank in mind

Cuando acaricio el cuero de la maleta, se me ocurre que podría agradecerte las tardes de verano que me regalaste. Podría agradecerte que nunca dejaras de sonreír, ni siquiera cuando no tenías ganas. Podría agradecerte que entiendas mis silencios y que cambies las sábanas. Podría agradecerte incluso que me concedieras el honor de estar en el punto de mira de tus pupilas. Podría agradecerte que me acariciaras con más dulzura que el sol. Podría agradecerte que me quieras un poquito, y podría agradecerte que lo escondas para evitarme algún traspié. Y mientras agarro el asa deshilachada y atravieso la puerta, me permito girarme y te veo ahí, apoyado en el sofá, sonriéndome, invitándome a perder el miedo a lo que me espera fuera de nuestra preciosa burbuja llena de reflejos de colores.
Podría agradecerte que nunca dejaras de sonreír, pero prefiero agradecerte que devolvieras a mis labios la sonrisa.


domingo, 17 de noviembre de 2013

Sweet november.

El olor a gasolina se mezcló con el temblor del autobús al arrancar. Acerqué la cara al cristal empañado y mis dedos se posaron sobre él, como si quisieran acariciar la vida idílica que estaban dejando atrás. Rodé por esas preciosas calles adoquinadas, cada vez más lejos de los sueños. Tuve ganas de dejar mi corazón allí, de deleitarme en los recuerdos hasta que no me hicieran falta. Podría reconstruir nuestros paseos nocturnos por la playa, los helados en noviembre, las Estrella Galicia en la azotea, los casi y los ojalá con tanta fidelidad que llegaría a creerme que son reales. Me acomodé en el asiento. Sin embargo, antes de que abandonáramos la ciudad, antes incluso de sentir el olor a gasolina, el frío me había recordado que el verano había quedado atrás y ya no era época de baños en la playa, que los helados se derriten y que detesto la cerveza. Ya no es época de casis, y no hablemos ya de ojalás. Ya no puede seguir siendo época de ti.




-¿Algo que contar?
-Tal vez...

domingo, 10 de noviembre de 2013

Why does it always rain on me

Ahora que empieza a refrescar, los paseos por las calles de Coruña me transportan a ese momento en el que tuve la vida en mis manos y tu pelo enredado entre mis dedos. Febrero tempraneaba y a ti te temblaban los labios cuando intentabas seguir el camino correcto.
-... Y no olvides llamarme si alguna vez te encuentras con que estás enamorada de mí.
La frase fue como para enmarcarla, hay que reconocerlo, pero la verdad es que dicha tan pegados y con los ojos tan rojos no sonó tan patética. Apretaste mis manos y te diste media vuelta.

Casi me parece verme ahí, apenas has dado veinte pasos cuando She loves you sonando en tu bolsillo te hace detenerte y, sin volverte, respondes al teléfono. Solo escuchas el sonido cortado del viento, te giras y como dos idiotas que somos nos miramos, a diez metros, con los teléfonos en la oreja. Habría sido tan fácil.

Pero no fui capaz de darnos la satisfacción de confiar en el fuego que ardía en mi interior, no me di cuenta de que te quería hasta que estabas tan lejos que ni siquiera sabía que te habías ido a estudiar a Australia, no me creí que te quería hasta que las hojas renacieron como hiciste tú en ese viaje y ahora cada día que paso por esa calle de Coruña un escalofrío me recuerda lo bien que nos habrían sonado los Beatles.


-Ha sido un fin de semana increíble. Cuesta marcharse y romper con todo esto, ¿eh?
-Sí. Ya lo creo, cuesta romper con esto...

jueves, 17 de octubre de 2013

Las niñas listas se enfrentan a sus temores solitas

Hoy me ha venido a la cabeza una noche de noviembre, cuando yo tenía ocho años, en la que me desperté llorando. Después de que me calmara, mi madre me preguntó si tenía miedo de la oscuridad. Y yo le dije que no, me daba vergüenza. Así que ella se fue, y me dejó sola en la lobreguez.
Puede parecer un episodio esporádico, pero tengo mis razones para pensar que es una actuación típica en mí, y con típica me refiero a peligrosamente reiterada. Concretamente, ayer a las seis y veintidós de la tarde estaba jugando con un mechero en un banco cuando Carlos tuvo la brillante idea de preguntarme:
-Maribel, ¿tú me quieres?
A mí se me cayó el mechero al suelo, junto con la guardia y el alma. Yo no sabía si le quería, realmente no creía que pudiera quererle todavía, había demasiadas cosas que perdonar. Intenté explicárselo así, y Carlos tragó saliva. Intenté entonces acercarme a darle un beso, que dicen que es la mejor forma de hacer callar las malas ideas, pero no me dejó.
-Maribel, ¿tienes miedo de querer?
A mí se me ocurrió pensar que si algún día Carlos se mataba con el coche, probablemente lo echaría de menos. Pero lo echaría más de menos si le hubiera llevado a mi rincón secreto del jardín de atrás. Sea como fuere, sacudí la cabeza. Un poco para alejar el rubor, un poco como respuesta. Supongo que no debería haber contestado eso, supongo que no había respuesta correcta. Porque él volvió a tragar saliva y se levantó. Y empezó a hablar. Y ya no paró. Habló durante cerca de media hora, dando vueltas a nuestra relación, a cómo había pasado todo, volviendo siempre como quien no quiere la cosa al mismo punto: si no le quería, pero no tenía miedo de quererle, entonces el problema era él, entonces a lo mejor nunca le querría. Ahí me tocaba a mí tragar saliva. Porque no sabía muy bien lo que haría los viernes por la tarde de ahí en adelante si la conversación seguía esa línea. Ni si me apetecía averiguarlo.
-Maribel, ¿no tienes nada más que añadir?
Y echó a andar. Y ya no paró.
Así que él se fue, y me dejó sola en la lobreguez.


lunes, 7 de octubre de 2013

One more day is not enough

Subió corriendo la calle, tenía prisa, prisa por qué, en fin, eso es un misterio. Piedrecitas caprichosas se le metían en los zapatos y la hacían tropezar. Las ramas le azotaban la cara, pero esto no la detuvo. Solo había una cosa que podía detener sus pisadas y la emoción de su corazón.
Los pies se le clavaron al suelo en frente de una intersección. No le valían listas de pros y contras, ni objetividades. Porque una decisión como la del camino que ha de seguir tu arañado corazón, no puede ser más subjetiva.
Y ahora, ¿qué?


-Si te digo la verdad... tengo muchísimo miedo
-Yo también

lunes, 30 de septiembre de 2013

Ella tuvo miedo porque no creía en los milagros

Sus ojos verdes, su sonrisa dulce, la electricidad que desprendía en cada uno de sus movimientos y hacía imposible no acercarse más. Y al acercarse sus manos se rozaron, y al rozarse saltaron todas las alarmas. Porque estaba acostumbrada a los arañazos, estaba acostumbrada a que las cosas tenían que salir mal. Y abriendo los ojos al nuevo mundo que se le estaba ofreciendo en bandeja de plata era incapaz de encontrarle un solo desierto. Así que alejó su mano, atenuó su sonrisa y apartó los ojos de la mirada que seguro tenía que esconder algún desastre natural.




<Me encanta que no te cierres puertas porque... bueno, porque no vale la pena.
+Ya...

domingo, 22 de septiembre de 2013

Take me out

No cierres los ojos, no los cierres. Mírame con una intensidad desbordante, tan fuerte que no le quede otra que salpicarme. Vuelve a despertar la estrella que latía en mi corazón, haz que hierva el calor hacia mis extremidades cuando me rozas las manos y que en cada pisada resuene el eco de tu voz.
Y que me haga sonreír.
No llores, ¿por qué lloras? No ha sido culpa tuya...
No me odies, ¿por qué me odias? No ha sido culpa mía.
Quizá haya sido el frío, ese que empieza a obligarme a tirar de la chaqueta, que ha convertido en hielo mi ilusión. Quizá haya sido el tictac monótono del reloj de cuco. Quizá el abismo que separa las puertas de nuestros mundos.
No desaparezcas, no te pierdas, necesito saber que todo irá bien. Sé que todo irá bien, si dejas que te hagan sonreír. Deja que te hagan sonreír.
Cierra los ojos, llora, ódiame después y finalmente desaparece camino de unos sueños que sinceramente amor, yo no sé cumplir.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Con lo que tú me das, con lo que yo te he dado

Su cara oculta por las manos, junto a mí, en el banco de la iglesia; sus ganas de hacerme olvidar con un beso en el pelo. Sus susurros inauditos sentado en la cama, ajustarle el nudo de su corbata de rayas azules, su sonrisa inherente, sus abrazos más cálidos y mejor guardados, formaban una nube de risas y sueños por las noches que me hacía sonreír al caminar por la calle. Maldito paso del tiempo, nos tocó ser mayores, nos tocó crecer y elegir, me tocó levantarme con un vacío a mi lado y echarme a llorar, correr por toda la casa abriendo cada puerta desesperada, abrir con la cara empapada el armario para comprobar que el gancho de su corbata de rayas azules se compadecía de mí, vacío.


Es tan difícil creer que algo sea así, porque estamos rodeados de lo que no puede ser, del lamento y la sed, de un futuro desesperado.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Dónde, cuándo, por qué

Recuerdo cómo vi tu cuerpo, puro resto, agonizando en el suelo, y siendo aún pura inocencia me agaché a recogerte. No me paré a pensar en lo mucho que podías contaminar mi alma blanca como una sábana recién lavada con tu espíritu de putrefacción, me limité a sentarte en la encimera de la cocina y desinfectar cada una de las heridas que cubrían tu piel a base de sonrisas y dulzura. Recuerdo cómo sentía que era yo quien crecía y mejoraba al estar cerca de ti, inexperta enfermera que encuentra su felicidad en las curas que las cirujanas repudian. Y una vez las heridas fueron cicatrices, de puro agradecimiento me echaste los brazos al cuello con tantas ganas que apenas conseguía respirar. Y tocó crecer y cerrar el botiquín. Recuerdo cómo seguía tus pasos desde la distancia, maldiciendo cada vez que se te abrían los puntos, llorando con tus fracasos, sonriendo con tus victorias, viendo como poco a poco destrozabas tu camino mientras intentabas construirte uno nuevo.
Ahora estás ahí, en el arcén, y yo no estoy segura de si debería parar el coche y sacar las vendas, o seguir conduciendo después de echar una mirada al cielo y rogarle que vele por tus sueños.



"Puedo esperar, no me importa esperar. Pero tengo que saber que espero por algo."

martes, 27 de agosto de 2013

Barcelona amb ell

La plaza de Gaudí jamás tuvo vistas tan bonitas, juras y perjuras. De morros te quité las gafas de sol e Instagram empezó a rebosar de fotos mías con la Sagrada Familia. Me probaste desde todos los ángulos posibles y con toda parsimonia mientras me enseñabas a chapurrear catalán. Bendita paciencia...
Llegó después la playa, postureo obligado hacerle fotos a tus pies y aún más obligado tirarte la cerveza por encima -ups- aún vestido. Vaya gritos, madre. Y, ¡toma! Al agua con bolso y todo, que ríete tú de la vendetta italiana. Y de esta guisa nos quisimos tú y yo, sabiendo a sal y a Heineken, comparando veleros, cogiéndonos las manos, corriendo por la Rambla, haciendo temblar Barcelona hasta sus mismísimos cimientos con esas risas que saben a velocidad. Y como no podía ser de otra manera, mis rodillas probaron el asfalto catalán al girar a toda velocidad a la calle de Santa Ana. Porque no me podía ir yo de la ciudad sin dejar marcado el territorio al rojo vivo.
Me curaste la herida con el botiquín del restaurante, la verdad que no era esa la idea que yo tenía de la cena, pero reconozco que me ablandó tu pelo negro y despeinado arrodillado junto a mi silla, así en un plan tan paternal, y no me quedó otra que darte un beso en la punta de la nariz.
Tocaron las diez y nos descubrieron allí, en Els Quatre Gats, leyendo a Ruiz Zafón para mayor ritualismo. Leyendo yo con una tirita de Dora la Exploradora en la rodilla, y escuchando tú con las manos manchadas de Betadine y el pelo oliendo a cerveza.
Amaneció la Barceloneta nublada, prometiste con una sonrisa que escribirías, prometí con una lágrima que rompería todas tus cartas. "No se puede huír de lo que uno siente" "No, pero sí de tu mirada maldita y tu cuidad envenenada. No quiero echarte de menos, no quiero echar de menos."


Un mes después me encuentro aquí, de vuelta en la capital, con un fajo de cartas sin abrir, un charco en la almohada y una foto de Polaroid en la mano garabateada en una esquina, "Barcelona amb ell"

sábado, 24 de agosto de 2013

Nadie con una imaginación poderosa puede sentirse solo

Tiemblan sus hombros, amenaza su garganta con nunca aflojar esa soga. Toca el piano sobre la mesa del comedor con los dedos, nerviosa. Con sus dedos blancos. Le tiemblan los labios también. Y los párpados.
Pasea con cuidado los ojos alrededor, calibra la situación. Con la cabeza gacha. Con el pelo sobre la cara. El pelo le cae tímido sobre la cara. Dibuja una sonrisa desdibujada. Todo mentiras. Todo, todo, todo, todo, todo mentiras. Es una mentirosa y está muerta de miedo. Está muerta de miedo porque no puede dejar de ser una mentirosa, porque no consigue dibujar sonrisas sinceras. Está muerta de miedo porque no consigue dibujar sentimientos sinceros.
Ella humedece la pluma de oro, la pluma de oro que guarda en un estuche forrado de terciopelo, y acaricia con su punta la hoja de papel. Y la tinta traspasa al otro lado, si le da la vuelta a la hoja parece que lo esté leyendo en un espejo. Y a ella no le gustan las cartas. No le gustan las cartas, pero ya hace tiempo que la voz no brota de su garganta. Ya hace tiempo que la voz no brota de su garganta ni se le pone la piel de gallina. No le gustan las cartas, pero está cansada de soñar con una felicidad que no es capaz de dejar entrar en su vida. Y la tinta gotea desde la pluma sobre el papel, y tiemblan sus hombros porque ella sabía lo que se apostaba cuando entró en el juego.


"¿Dónde lo dejaste, dónde escondiste mi corazón?"

sábado, 17 de agosto de 2013

Antes de irte, devuélveme mis llaves

Cuántos ojos se volverán a tu paso, cuántas pisadas formarán el camino que has escogido, cuánto miedo me da ver cómo tu vida sigue, impasible, como si las desgracias que pueblan mi pecho fueran nada al lado de una taza de café a las siete de la mañana. Y nosotros podríamos pasar horas llenando de golosinas esa taza, podríamos utilizarla después para guardar un par de sonrisas obvias e incluso para servirnos las copas por la noche. Y los dos sabemos que mis ojos buscan los hoyuelos de tus mejillas casi sin pensárselo, sacudes la cabeza y te ríes, ¿por qué tienes que hacerlo todo tan complicado? Abres los brazos y me haces olvidar que el mundo sigue girando, mis lágrimas destiñen tu camisa y tu sonrisa destiñe mi tristeza, ¿por qué no puedes dejar de sonreír? Y sonriendo te alejas calle abajo porque aunque las golosinas prometan vas a necesitar ese café para aguantar el destino que has elegido.


Y juntos nos iba bien, fingimos que éramos mejores amigos, entonces ella dijo "eres raro", me obligaron a cometer errores. De nuevo juntos, como al principio. Al final todo sale bien de alguna manera. Las cosas que hicimos, lo que escondes... Pero, que conste, queda entre tú y yo.

"No me sale odiarte, no me sale quererte"

martes, 13 de agosto de 2013

Piedras en la arena

La espuma juega con el dedo meñique de mi pie izquierdo, me hace cosquillas. Pierdo la mirada en el horizonte azul de una atracción irresistible. Me acerco con pasos torpes a aquellos que navegan en la lejanía abstracta, sobre un agua transparente que no puede competir en pureza con tus ojos. Maldito mirar limpio, malditas mejillas ásperas que sonríen cada vez menos. Me miro los pies, el agua ya me lame las caderas y las palmas calientes de mis manos se apoyan en la superficie. Los ojos cerrados, el pelo enredado, me esfuerzo por apartar de mi cabeza lo que desde hace años debería estar sumergido en las profundidades. El agua por la cintura, evoco otra sonrisa, otra forma de mirar, capaces de aplacar las palabras escritas a pluma en un libro. Ya no puedo respirar, me hundo en los recuerdos que me llevan a repasar mis errores y a preguntarme por qué los tuve que cometer. Mis extremidades flotan lánguidas, mis labios besan el agua antes dejarla resbalar por mi garganta, abro los ojos para sentir las frías cuchillas saladas hacerlos enrojecer. Me esfuerzo por recordar que nunca echamos de menos los malos momentos, que no son las angustias las que protagonizan nuestros más acariciados recuerdos, que enterramos todo menos las respiraciones compartidas y que nuestras decisiones tuvieron en su momento su razón de ser. Agito los brazos, toso y el aire seco araña mis pulmones doloridos.


-Te voy a echar tanto de menos
-Y yo a ti

jueves, 1 de agosto de 2013

Los días están contados, no hay más que perder

Las manecillas del reloj se derritieron a fuerza de mirarlas y ella seguía derritiéndose a fuerza de mirarle. Los pies se tropezaban en tanto que descendían a toda prisa las escaleras de la estación. Sus manos, nerviosas, colocaban incesantemente los mechones rebeldes que se escapaban de su peinado. Tomó aire mientras empujaba la puerta que daba a la calle. Una avenida adoquinada reconoció con alegría sus pasos ligeros. Tras cruzar la plaza principal, se detuvo bruscamente ante la cuesta y una sonrisa se escapó de entre sus labios. Indecisión, timidez, ahí estaba él; y de pronto la calle de disipó en una bruma violeta, y la transportó a ese primer día, a esos primeros meses de tiempo gastado. La película se reprodujo a toda prisa, cada momento se confundía con la sonrisa siguiente y ella, envuelta en sus vertiginosos recuerdos, ni siquiera se dio cuenta de en qué momento sus pies habían corrido calle abajo y sus brazos habían tomado la iniciativa de rodear su cuello.



Is it naive to make plans that seem so far away? There's a reason I feel this way: you're sleeping alone and I'm awake. When you dream of me tonight, am I closer to where you are? Lay me down and tell me everything will be alright. 
This could mean everything, or nothing at all.

martes, 23 de julio de 2013

Robin Hood y Little John venían por el bosque

Qué bonito que sonrías guiñando los ojitos, qué bonito que me hagas sonreír. Qué bonito que me lleves la contraria. Qué bonita la tarde aquí, en Madrid. Qué feo el reloj que brilla en mi muñeca. Qué feo que se acaben los días, poco a poco, sin ti.
Qué bonito apretarte las manos despacito. Qué bonito cambiar a las latas de nombre. Qué bonita tu cara de celosillo inexperto. Qué bonito verte andar por las noches. Pero qué feo mirarte, qué feo mirarte tanto tiempo sin verte.


Your pretty face reminded me of Robin Hood.

Crystal

Ella puede acariciar las estrellas con solo sacudir la melena, ella es el dónde y el cuándo, la piedra angular de un día de playa, la locura de la brújula.
Esta mañana sus manos escuálidas no hacen sino bendecir a las sábanas con su delicado contacto. Su pelo ahora pobre es quien concede a la almohada el honor de besar sus pálidas mejillas. Su mirada brillante es la culpable de que los ángeles se regocijen en la certeza de su pronta compañía.
Ella brilla como un campo de girasoles, huele como un hielo al atardecer, baila como una hoja envejecida, guiña los ojos hacia el sur y hace que todos giremos sobre nuestros piececitos de charol buscando en el horizonte consuelo y por qués.


+ Así me entretengo. ¿Y qué si duele a veces? También hace sonreír. Me hace sentir bien, ¿qué más da?
< A saber la de oportunidades de empezar algo nuevo que estarás perdiendo solo por empeñarte en seguir abriéndote esa herida.

miércoles, 3 de julio de 2013

No quieres hablar del tiempo aunque esté de nuestro lado

Dime, y tú, ¿cuándo añoras? ¿Dónde dejas las zapatillas de andar por casa? ¿Con qué salsa acompañas los espaguetis? Recorro tu piel con la punta de los dedos dibujando sendas que nadie antes ha osado explorar, mis manos suben por tu espalda trepando cada monte, aprendiéndose tus rincones. Déjame abrir cada una de tus puertas, elegir mi escondite favorito en tus manos. Acompaña mi respiración con caricias en mi pelo y besos en mis hombros. Pregúntame, respóndeme, búscame, déjate encontrar, cierra los ojos y abandónate a mis labios haciéndose los despistados por tus mejillas, murmurando despacio que no quieren que los momentos se queden en aire gastado.

jueves, 27 de junio de 2013

Everyday I'm learning about you the things that no one else sees.

Lentamente caigo, como una Alicia improvisada cae por el túnel camino del País de las Maravillas caigo, rodeada de rostros conocidos, sonrisas y malas caras, miradas, tonos de voz, me envuelven y me empujan hacia el fondo del abismo, y puedo sentir la falda de mi vestido flotando a mi alrededor y el viento azotándome la cara mientras se me enreda el pelo. Abajo, más abajo, envuelta en la bruma del día a día que consume mis energías, al borde del desmayo, galopa el orgullo, aflora la prepotencia porque sería demasiado fácil simplemente levantar las manos y dejarse matar.


<Te vas a cansar
+¿Acaso podría, acaso podría cansarme?

And the end comes too soon, like dreaming of Angels.
And leaving without them.

miércoles, 26 de junio de 2013

Maldito despertador

Fue casi obligatorio, tus manos acariciaban mis pies y mis rodillas besaban tu vientre, de forma tremendamente humana nos habíamos convertido en un revoltijo incomprensible encima de mi cama. Y entonces tú golpeaste y yo simplemente me defendí, y jugamos al desecuentro una y otra vez olvidándonos de mirar lo bonita que estaba la luna. Entre beso y beso mi boca selló un juramento con tus dedos y mis dientes con tu labio inferior, recorrí tu espalda calle arriba para enredar mi vida con tu pelo con la esperanza de no deshacer el nudo nunca más. Jugaste con las fronteras de mi camisón y yo acaricié la línea que delimitaba el moreno en tu cuello. Como si hubiéramos contado hasta tres nos intercambiábamos el aliento, despacio, sin prisas, que la luna está aún bien arriba y nosotros estamos solos aquí abajo.


martes, 25 de junio de 2013

Fotografías firmadas por Polaroid

A treinta metros se pueden percibir las miradas ponzoñosas, no puede evitar mirarle, memorizar todos los gestos que creía conocer una vez más, camina en círculos colocando siempre un pie delante del otro para acabar en el mismo punto. 
Y es que no puede evitar mirarle, no puede evitar tocar madera todas las mañanas por él, no puede evitar besar unos dedos cruzados que sellaron mil juramentos con las sábanas de su cama y después los rompieron a fuerza de aprender a no llorar entre las mantas de otros nidos.
Y se tropieza con sus propios pies y se cae, y desde el suelo contempla el cielo que no alcanza con los dedos.
Gira la cabeza a tiempo para ver sus pasos perderse en el camino y en el tiempo.


-Juegas a sentir con un corazón vacío.
+Perdona, culpa  mía no es.

lunes, 17 de junio de 2013

Road to...

Maleta de vestidos, maleta de noches, maleta de libros, maleta de discos, maleta de pantalones cortos, maleta de zapatos de tacón, maleta de purpurina, maleta de corbatas, maleta de ropa interior, maleta de guiños, maleta de pestañas, maleta de expectativas, maleta de adioses que saben a hasta luego, maleta de besos húmedos, maleta de arañazos, maleta de decepciones, maleta de nostalgia, maleta de recuerdos, maleta de ti, maleta de ti y de mí.


And everyday I'm learning about you the things that no one else sees. And the end comes too soon, like dreaming of Angels.

domingo, 16 de junio de 2013

You move through the room like breathing was easy

Hoy me levanté a una hora inconcebible y ahí estabas tú, tu espalda, tus brazos alrededor de la almohada. Mi pelo enredado junto con tu camisa se hundió en el café buscando consuelo, recorrí el apartamento con la mirada repasando la ropa y las manchas de laca de uñas en el parqué. De puntillas me acerqué a la ventana y con manos temblorosas encendí el cigarro que habría de terminar de estropearnos los buenos días. Los restos de carmín besaron el filtro y me dediqué a observar entre amplias caladas el juego del sol sobre cada pliegue de tu cuerpo. Pero tú no te dabas por aludido, no te decidías a reaccionar, no te decidías a moverte ni un milímetro y por llevarle la contraria a mis deseos ni siquiera te decidías a estar realmente ahí.



-A mí nunca me has llamado así, ¿no tienes confianza conmigo?
+Claro que no: no escuchas Interpol.

miércoles, 12 de junio de 2013

Play, pause, rewind

Ella lo guarda todo, a ella le gusta recordarlo todo. Ella almacena envoltorios de papel en una caja y miradas caducadas en unos ojos del mismo color. Ella colecciona pasados porque sabe que conforman el presente. Cada centímetro de su piel está labrado a fuerza de los besos que se han depositado sobre ella, cada mechón de su pelo responde a las manos que lo han peinado, el tacto de sus dedos no es otro que el de los lugares donde depositó sus caricias. 
Ella es Presente y Futuro, pero sobre todo es Pasado, y ese pasado no es imaginable sin las flores en el suelo de su cuarto marchitándose, 
marchitándose porque no tiene  ningún jarrón para ellas, 
para ellas ninguno de sus jarrones es lo suficientemente grande, 
lo suficientemente grande para las únicas flores capaces,
capaces de ponerle una tiara sobre su linda melena de recuerdos.

TEN MIEDO. VAMOS, TIEMBLA.
ES LA HORA.


En un par de semanas sacaré tiempo para hacerme a la idea de lo que tengo ante mis ojos, y puedo cogerlo si es eso lo que quiero. Me marcho, empieza a parecer que está justo ante mis ojos. Puedo saborearlo, es mi dulce comienzo. Y sé perfectamente lo que quieres, no quieres estar sola. Y no te puedo decir que es lo que sabes, pero lo has sabido siempre. Tal vez el año que  viene no tenga tiempo para pensar en preguntas que hacerte. ¿Soy yo quien tiene que apagar el fuego? No te pondré a prueba, no soy lo mejor que podrías conseguir, ¿por qué intentar nada? Voy a llegar hasta ahí, pero recuerda que lo sé.Y sé perfectamente lo que quieres, no quieres estar sola. Y no te puedo decir que es lo que sabes, pero lo has sabido siempre.


-¿Cómo puede ser así? ¿Cómo puede desear ser así? Eso nunca le traerá la felicidad.
-A lo mejor... a lo mejor no busca ser feliz.

martes, 11 de junio de 2013

Ups

Fue un beso, solo un beso, ella separó los labios rojos como una granada y él se apresuró a fundirse en ellos, recolectaron sonrisas, suspiros y dulces mordiscos a ciegas, ella adelantó una mano para separar lo que su boca se había empeñado en volver a juntar y, dando un paso atrás, se dedicó a colocar sobre su melena encantadoramente despeinada la corona de flores que había estado a puntito de caerse, con la mirada perdida en algún punto de aquél prado. Él escrutó su rostro con desesperación en busca de algún indicio de que tuviera permiso para volver a beber de su aliento; y ella, sus ojitos dulces y su gesto infantil, no pudo reprimir una risita que no tenía muy claro si era de amor o de satisfacción porque, de todos modos, qué más da.


Como lo son las pasas, como lo es el vinagre.

Mejor quitemos rápido esa canción porque parece ser como un mal augurio y no me apetece cambiar tu sabor por el agridulce de los recuerdos, ahora que tus ojos huelen a caricias en mis mejillas y tu forma de hablar sabe a sonrisas escondidas por una cortina de pelo. No dejes que ese momento de acelerada incomodidad cuaje antes que todos los demás, que mis manos huelen a pinta uñas color flúor y mi portal a cloro de la piscina. Ahora que el verano tardío se ha dignado a guiñarnos los ojos, no apartes tu sonrisa de mis oídos, deja que se deleiten en tus torpes explicaciones hasta que la luna nos vigile hostil y nos obligue a alejarnos de allí. Porque esta mañana he tenido que quitar las manos húmedas de la cara de mi hermana, he tenido que oírla susurrar que no estropeará su presente con un pasado que no tiene futuro.


-Yo casi se lo contaría a ella.
-Déjala, que sonría mientras pueda.

martes, 4 de junio de 2013

Jugar a que aquí no ha pasado nada. De nada.

Cuanto más de cerca me sonríes, más de lejos te veo. Aléjate calle arriba rápido, no vaya a ser que nos dé por girar la cabeza y repasar los años que hemos pasado desconociéndonos; o, peor aún, los años que pasamos queriéndonos. Deja que caigan sobre nosotros las mismas lluvias que nos han ido recordando a otras personas, las mismas aguas que han borrado las pisadas de nuestro camino y que nos han modelado con cada golpe de cada gota sobre nuestra piel, porque te miro y no te reconozco.
Tiemblo si te digo que en apenas dos días ya no volveremos a cruzar incomodidades, tiemblo si te digo que me sigue dando miedo, tiemblo si te digo que no me gustan las mentiras y no miento ni mentí entonces.
Cierra los ojos, corre todo lo lejos que puedas de mi endemoniada mirada ponzoñosa.



jueves, 30 de mayo de 2013

Empieza el juego.

Me dan miedo las pestañas húmedas, las miradas arrancadas a los cordones de tus zapatos, me aterra ese temblor en tu voz y el abrazo de despedida que dura más de lo que debería, me hueles el pelo y me aprietas con fuerza antes de acariciarme por última vez; qué mal me saben las despedidas y cómo detesto esa mirada de aceptación. Te pasas la mano por el flequillo y me sonríes, porque no puedes evitar sonreír, coges la maleta y das golpecitos con los nudillos en la puerta antes de salir, como si esperaras que te dijera que no, que no tienes permiso para salir al portal, que te quedes conmigo. Vamos, deja de perder el tiempo, sal de aquí cuanto antes, ahórrate ahórrame ahórranos el mal rato y si eres tan amable coloca el felpudo al irte, que ya sabes que siempre se nos mueve y me pone de los nervios.

martes, 21 de mayo de 2013

Calor en el cristal astillado.

La verdad, no sé cómo te las arreglaste para colarte por la puerta, el caso es que lo hiciste y de pronto colonizaste mi sofá, mi casa y el planeta entero, así, en un momento. Te escabulliste de entre mis brazos para saltar al salón, y yo tuve que dirigirte una mirada completamente perpleja, aún desde la entrada, sujetando la puerta con las llaves en la mano.
Y ahí estabas tú, con las manos sujetando la nuca, mirándome como si hubiéramos nacido para encontrarnos en esa situación.
Y ahí estaba yo, dejando cerrar la puerta con la corriente y burlándome de mis pestañas y de tu mala educación.
Ya no tienes miedo, ya no tienes prejuicios sobre los perjuicios, ya no juegas a mirarme cual Bambi acojonado desde el otro extremo del cuarto, cambian los papeles y ahora soy yo la que levanta las cejas preguntándose cómo narices has conseguido pasar de mis brazos y colonizar mi cama.


You're a million miles away; so, come closer!

sábado, 18 de mayo de 2013

No son más que latidos.

+Fue tan bonito, marcaste un tanto tan bonito.
-Y tú aplaudiste.
+Sí, sí, tú marcaste y yo aplaudí, y entonces te cogí del brazo y salimos desfilando delante de todas mis amigas como si fuéramos marido y mujer, ¿te acuerdas?
-Me acuerdo de que tú llevabas un vestido verde que te venía un poquito grande, lo llevabas así agarrado... 
+Y tú me dijiste que te querías casar conmigo y vivir juntos para siempre.
-Y hablamos de los hijos que tendríamos y la casa que nos compraríamos en cuanto yo fundara mi empresa.
+¡Oh, sí! Nuestra casa blanca con porche, y con una entradita para el perro en la puerta.
-Y con apartamento para la asistenta, porque claro, tendríamos tanto dinero que nuestra asistenta tendría que vivir casi como nosotros.
+El pequeño Miguel iría al mejor colegio del barrio, con sus primos.
-Y nos iríamos de vacaciones a Turquía.
+¡Turquía, oh, Turquía, siempre quise ir a Turquía!
-Irás, claro que irás, en cuanto las cosas mejoren y funde mi empresa irás.
+Fue tan bonito.
Marcaste un tanto tan bonito.

Rosita se gira y continúa frotando las sábanas de la caprichosa señora Roncesvalles mientras su marido se aleja calle abajo en busca de éxito en una entrevista o en el fondo de un vaso de cerveza.



Y aunque ahora el mundo gire en otra dirección, eres tú quien le da sentido. Haz lo que dicte tu dormido corazón, no todo está perdido.

domingo, 12 de mayo de 2013

Destroza cada uno de los pétalos del ramo de flores.

Y cuando alcemos los brazos,
cuando extendamos las alas,
comprenderemos lo doloroso del caer.

Y cuando los pájaros alcen el vuelo
no mirarán atrás,
no temerán la inmensidad pálida del cielo de verano,
no tendrán miedo
porque estaremos nosotros acompañándolos.
Tú y yo.
Ya no hay miedos.

Pero cuando en mis ojos se extinga el verdor,
cuando mi mirada quede vacía de luz,
solo entonces comprenderemos cuánto araña el terciopelo.

Cuando los abrazos se congelen
y los besos sobren,
nos apretaremos en el juego de otra realidad.

Cuando comprendamos lo ajeno de nuestra forma de entender,
nos miraremos desde lejos.
Y temblaremos, temblaremos.


El valor para marcharse, el miedo a llegar.

jueves, 9 de mayo de 2013

Que a mí también me da miedo.

Qué ojitos, pero qué ojitos; qué ricura, pero qué ricura, eres una jodida locura, y cuando te ríes y me dices que te asusta lo que nos está pasando, y cuando me sonríes porque esto se nos está yendo de las manos, y no nos importa haber perdido de vista el horizonte de nuestras vidas porque total, no nos ha traído más que problemas, y es que qué sonrisita de circunstancias te sacas de la manga, y encima después te ríes, te ríes con cuidado para ver si comparto tu risa; y cuando me dices que tienes miedo, cuando me dices que te doy miedo, no puedo evitar reírme, y me río y tú te enfadas, pero cómo voy a tomarte en serio si tu boca es mi sustento, no me mires así, tú eres el único capaz de encender la luz, enciéndela ahora, por favor, por favor, por favor... 
Enciende la luz, que se vayan las sombras.


<¡Por fin! ¡Por fin! ¡Por fin te das cuenta!¡A esta ronda invito yo!
+ Nunca hay que perder de vista el decoro...

miércoles, 1 de mayo de 2013

I stole her heart away, and put ice in its place.

La puerta estaba abierta, esperándole. La cerró a sus espaldas y no pudo evitar sorprenderse ante la lobreguez de la sala. Las sombras jugaban  a hacerse las encontradizas con una profunda humareda, olía a cigarrillo y a tiempo consumidos. Adivinó la colilla encendida apoyada contra el marco de la puerta, levantó una mano en señal de saludo. Recibió una sonrisa rota por toda respuesta. Ella apagó el cigarrillo que sostenía inclinándose sinuosa sobre la mesa de café. Él la observó incorporarse y ella le taladró con la mirada. Cuánto tiempo. Desde luego. La quietud se adueña de la sala durante dos minutos. Ella enciende otro cigarrillo y se recuesta elegantemente en el sillón. Ahora está amparada por la neblina pegajosa de su distancia. Pero no puede ser, no, él no puede entenderlo, no entiende qué ha podido pasar en ese tiempo para que se apague la luz de sus ojos y todas las femme fatale del mundo se hayan aglutinado en ese asqueroso sofá.

martes, 23 de abril de 2013

Dejarse llevar suena demasiado bien

Se le había olvidado completamente cómo sabía un primer beso, en ese momento se dio cuenta de que no había vuelto a sentir el significado de la palabra "contención" acelerando su corazón y escalofriando sus piernas. Pero qué barato, qué sencillo. Camisas en el suelo del dormitorio, se le había olvidado lo que era sentirse tan niña y tan mujer, hacía años que no levantaba tímidamente la cabeza sin saber qué vendría a continuación y ese instante le supo a gloria. Besos ligeros, besos vacíos, perdió el control en un momento y de la forma más tonta sus pensamientos se pararon en la Avenida de las Disculpas, vaya niña más boba, tú juega y diviértete que ya vendrá después el miedo a haber actuado mal.


"No se lo decimos a nadie, y tan amigos como siempre"

martes, 16 de abril de 2013

I just can't look, it's killing me

Quédate ahí, donde tu olor no perturbe mis sueños y decida inventar y susurrar en la noche. Mantente detrás de ese sauce llorón, donde yo no pueda verte, jugando con las mariposas. Quédate escribiendo en una libreta debajo del hielo, mientras yo atraviese el lago en mi bote. Dibuja las texturas del aire que nos separa en tonos pastel, con tanta fuerza que no seamos capaces de ver lo que hay al otro lado de él. Me taparé los oídos fuerte, muy fuerte, cuando oiga que te ríes en algún acorde de las campanadas. Teje una cortina de tela de araña a mi alrededor, pero no olvides dejarme dentro una caja llena de fotos. Permanece amordazado en tu desventura, mis ojos ya no pueden ayudarte a salir de ella. Juega, piensa, crece, siente y vive, pero sobretodo deja vivir.


You call to me and I fall at your feet, how could anyone ask for more?

Hipocresía

París, mes de agosto. El bochorno se cuela en un café clásico que hace esquina con la calle principal. Pet, sentado en la terraza, es el único que se ha atrevido a desafiar a los termómetros y ha huido del ventilador. Desde dentro, al otro lado del escaparate, unas jovencitas le miran tapándose la boca, risueñas. Pet con su inmaculado pañuelo blanco -el inmaculado pañuelo blanco que tiene sus iniciales bordadas- limpia la hoja de su cuchillo. Las chicas dejan de mirar. En un momento tiene que deshacerse de su pañuelo, ahora teñido de rojo. Qué disgusto se llevará mamá. A Pet no le gustan las armas de fuego, ya que estas matan a distancia y, a fin de cuentas, él es un caballero. Ya saben a qué me refiero, ¿no es así? Le gusta darle la oportunidad al pobre inocente de defenderse con algo, hace aún más placentero el momento de hundir la implacable hoja en su cuerpo. Porque Pet ama el Arte, lee a Baudelaire por las noches y realiza sus encargos con una limpia puñalada en el pecho por la tarde, con eso su cliente debe quedar satisfecho. Y es que Pet no es un vulgar sicario, jamás rompería una pierna o dispararía en un hombro. Eso es tan rudo... él es un trabajador medio que ofrece un servicio y cobra por él. Y cobra bien, acaricia la piel del maletín. Marie podrá tener unas buenas vacaciones.
Pet apura el café y se encamina respirando París hasta su portal. París es una ciudad de fachadas; Pet ama el arte y por extensión ama París. No ama tanto su portal, siempre desconchado y con el ascensor averiado. Pero no... hoy el ascensor no está averiado y quizá sea esto lo que desconcierta y pone en guardia a Pet. Sube por las escaleras. La puerta del piso entreavierta, la abre de un golpe y se precipita en el interior gritando el nombre de Marie. Los ciclones del Monzón parecen haber cambiado de ruta para atravesar su salón, y la melena de Marie perturba el color carmín que ahora cubre su cocina. Y Pet grita. Y llora. Y luego  grita. Y corre al cuarto de Joseph. Y sabe lo que va a encontrar, lo sabe desde el momento en que ve las sábanas azules de la cuna llorando sangre. Con el cuerpo del niño vuelve a por su niña. El peso de Joseph que ya no es Joseph y las lágrimas le hacen caer de rodillas. Tal vez fueran los mafiosos de Le Grand, había ignorado demasiadas advertencias. Pero este es un golpe demasiado bajo. Mientras su desolación contempla la performance que se ha montado en la cocina, se pregunta quién podría hacer una cosa así.



-Me echó la bronca, y lo agradecí porque necesitaba que alguien me echara la bronca. ¡Tú nunca me echas la bronca!
-No tengo nada que reprocharte...

miércoles, 10 de abril de 2013

Ofelia no sabe nadar entre las flores.

Baila, baila, pequeña mariposita, baila, salta entre los juncos, arrastra la cola de tu vestido blanco sobre la superficie del agua impura, deja que las flores se aparten a tu paso y las criaturas de ribera te hagan reverencias, ríe como el agua al entrar en tu garganta, destroza tus zapatitos con las piedras del fondo, gira desacompasada, deja ondear tus brazos, y deja que el río te trague mientras bailas al son de tu última canción.


martes, 9 de abril de 2013

Ofelia no sabe nadar.

No le cabe en absoluto duda de la ingenuidad que palpita en cada uno de sus movimientos, en sus caídas de ojos y de barbilla, en la cortina de pelo que esconde su mirada risueña, puede apostar mil contra uno a que su corazón le recorre todo el sistema circulatorio dando tumbos cuando él la mira, adora esa inocencia del lunar de su mejilla, tan cándida, tan dulce y tan pueril... el problema está en que debajo de ese lunar reside un corazón envenenado, empachado por su cuenta y riesgo a base de cicuta. Perdónala, buen hombre, no puede evitarlo, su sonrisa griega de cartón piedra nada puede hacer por devolver el calor a su alma.


+ Ha matado a Ofelia, ha matado a Ofelia.
- ¿No te queda otra semilla?
+ Pero no podré llamarla Ofelia... y Ofelia es perfecto para una planta.
- ¿Por qué?
+ Porque Ofelia no sabe nadar entre las flores...

How did it end up like this? It was only a kiss, it was only a kiss.

viernes, 5 de abril de 2013

Mirada sesenta y uno.


¿Dónde está el detalle que nos enloquece? ¿Qué tiene esa palmadita? ¿Dónde está esa línea, la frontera entre lo correcto y lo arriesgado? Jugamos a la casualidad, es tan divertido tomar café con tu blusa puesta. ¿En qué momento tengo que pararte los pies, dónde está esa línea que divide mi realidad? Cuando todo intoxica, ¿dónde está ese punto en el que el veneno se vuelve mortal? Descubramos el límite, tanteémoslo, recorrámoslo sin atrevernos a atravesarlo. Cuando has cedido, lo has alejado tantas veces, llega un punto en que te sorprendes kilómetros más allá esa difusa rayita que trazaste un día. Pero tiene que existir. Tu blusa ya no está blanca, está hecha jirones y tuvo que romperse en algún momento; ya no me traes café a la cama, es más, ya no me traes a la cama, las casualidades siempre son obra de la premeditación y mi realidad ahora es una niña de seis años sucia de barro y bastante despeinada.


Eres el segundo en que sueño que te veo cuando me despierto, eres el impulso preciso que me ayuda a levantar el cuerpo. Diez minutos de silencio que hacen que esté tranquilo y me olvide del tiempo. Desayuno de tus besos, noticias de tu pelo, ducha de tus dedos. Y en mis horas nacen solas las palabras que dispararé. Luego, tiemblo, se hace eterno el segundo en que...
Pestañeo de un segundo, del tiempo que se tarda en entrar en tu mundo. Mirada sesenta y uno, la sábana se abre haciendo de saludo. Vistacito a tu desnudo, con solo una sonrisa ya me dejas mudo. Palmadita en tu culo, paseo por tu ombligo, a tu cadera subo.

lunes, 1 de abril de 2013

NARC, NARC, NARC.

Saltaba bailando claqué de baldosa en baldosa sin reparar en las miradas que suscitaba en la multitud, sus chapines de rubíes volvían a bailar haciéndola girar en la mediana con la cara vuelta hacia la libertad del cielo, su sonrisa radiante no revelaba los anhelos desesperados de su alma, ella es pura máscara. Se abre el cielo y bombas en forma de granizo cubren la calle y le arañan la cara, se le enredan en el pelo e impiden el ballet de su falda alrededor de su cuerpo. La gente corre bajo los paraguas para salvarse de los proyectiles, y de pronto la calle está vacía y ella quieta, con la cara relajada vuelta hacia las nubes, mientras siente las frías cuchillas de hielo haciéndole daño en la piel, se le abre una herida en la mejilla y las pequeñas gotitas de sangre se mezclan con dos gruesas lágrimas que han decidido nacer porque se le dan demasiado bien las fechas.


-Interpol...
+¿'Wrecking ball'?
-'NARC'.


-Lo que más me molesta es que sé que en realidad quieres.
+Sí que quiero, pero no puedo, tengo miedo.
-No tengas miedo... a veces hay que arriesgar. ¿No quieres dejar de ser una niña, para convertirte en una mujer?

Baby, tonight, I see your lips are on fire.

sábado, 30 de marzo de 2013

"Lo intentamos"

En un instante me veo, estoy ahí, recostada en ese sillón dibujando desenlaces con una sonrisa forzada, como si tuviera derecho a finales felices, como si me los hubiera ganado con mis actos. La noche se condensa al otro lado de la ventana y el viento protesta en la madera de las puertas porque la indecisión está jodiendo totalmente el ritmo que tocan los Foals. Ese instante tranquilo, agradable, perfecto final que nos empeñamos en adulterar con arrepentimientos repentinos, es lo que permanece, es lo que se va a quedar, nos damos la mano como hombres de negocios pero no para firmar un último intento sino para oficializar los buenos deseos que no nos atrevimos a pronunciar.


¬He vuelto
+¿Qué tal el viaje?
¬Bien... pero no llores, que ya he llegado...

miércoles, 27 de marzo de 2013

We slip into the bedroom baby you know me, this is alright.

Desliza, deslizan las gotas en su frente y se deslizan ellos dentro de la habitación después del calor de la pelea, desliza sus labios por su mejilla izquierda sin acertar a depositar su beso, desliza además sus dedos por la palma de su mano, desliza el agobio de este adiós por las sábanas y hasta el parqué, se contrae, se expande la amargura y se deposita a los pies de la cama junto con el burruño de ropa, resopla la indignación, llora la tristeza y ríe la ironía encima del colchón, destrozan la melancolía del instante los acordes alegres, casi irónicos, de Eres; último segundo a su lado y son más uno que nunca, empapados de transpiración y de lágrimas, él le aparta el pelo empapado de la frente antes de separarse de ella mientras ella solloza fuertemente porque deslizan las gotas por su frente y ahora caen en el suelo, ya no mojarán su cama...




"No sé qué decirte. Si no es amor, es una peligrosísima dependencia emocional. Aunque, claro, a efectos prácticos, viene a ser lo mismo."

sábado, 23 de marzo de 2013

martes, 19 de marzo de 2013

Vicky o Victoria

Delicioso. Deliciosa la furia que brillaba en sus ojos. Delicioso el rencor que destilaba. Deliciosas las frases mudas que asomaban a sus labios fruto de la indignación. Deliciosas las pequeñas sacudidas de su cabecita. Delicioso el humedecer de sus labios. Deliciosa la mueca que pretendía ser una sonrisa, o la sonrisa que pretendía ser una mueca que esbozó al espetar:
-A fin de cuentas, yo soy solo la que te abraza por la noche.


martes, 5 de marzo de 2013

La Dificultad

Lo cierto es que no sabría exactamente cómo situar la Dificultad de todo este asunto. Quizá seas , tú eres tú y tu hospital como susurró la dulce Nochebuena, quizá sea tu forma de mirar tan infantil o tu sonrisa, o tu tono de voz cuando estás serio y el sonido de la horma de tu zapato cuando ríes. Ingredientes de un cóctel demasiado fuerte para mi facilidad de embriaguez. Maldita dulzura la tuya. Quizá sea yo, débil niña inquieta que no tiene ni idea de cómo se hacen las cosas y no hace más que cobrar el precio de su bondad. Maldita dulzura la mía. Quizá sea incluso la historia que hemos ido tejiendo cual afanosa araña con el paso de los años, las sonrisas que me despiertan los minutos susurrados y las ganas de aprender de las lágrimas que enjuagó el orgullo. Maldita dulzura la nuestra.


+No es fácil, es injusto.
<Estoy totalmente de acuerdo contigo.

Me culpas de las alturas que ves desde tus zapatos, no quieres hablar del tiempo aunque esté de nuestro lado. Y hablas para no oírme, y bebes para no verme. Y yo callo, y río, y bebo, no doy tregua ni consuelo.

domingo, 3 de marzo de 2013

Can you read my mind?

Nunca he sido una persona muy comunicativa, de hecho mi estilo es más sonreír y guardarme mis comentarios y mi humor inglés para mí. Me seduce la idea de dejarme llevar por las calles madrileñas siguiendo impulsos tranquilitos, yo sola, conmigo. Sonrío con la calidez del sol sobre mi piel. Me acurruco de amor por la luna que araña las ramas de los árboles. Me trago las palabras, las estudio, las rumio y las devuelvo aderezadas con mieles y sutilezas. Se me atragantan las palabras y se me paralizan los labios. Separo a las personas entre las que entienden mis silencios y las que no. Y las hay que los entienden, de verdad. Las personas que valen la pena son las que se toman la molestia de aprender a leer en mis ojos. A todo esto sigues delante de mí esperando una frase que mi mirada huidiza se niega a pronunciar. No te das cuenta de que siempre sello mis labios porque tengo miedo, soy una niña y estoy muerta de miedo.

YA PROBÉ LA HIEL POR TI, PARÉ LAS BALAS, PUSE ALAS AL COLCHÓN. 


"En la esquina de la calle principal intentando mantener las formas. Dices que quieres avanzar, dices que me estoy quedando atrás, ¿puedes leerme la mente? Realmente nunca renuncié a escaparme de esta ciudad de dos estrellas. He puesto la luz verde, tengo una pequeña lucha interna, voy a darle la vuelta a esto. ¿Puedes leerme la mente? Los buenos y viejos tiempos, el hombre honesto, el corazón inquieto, la Tierra Prometida, un beso sutil que nadie ve, una muñeca fracturada, un gran trapecio... bueno, a mí no me importa si a ti no te importa, porque yo no brillo si tú no brillas. Antes de que te vayas, ¿puedes leerme la mente? Tiene gracia cómo te derrumbas esperando alguna señal. Freno en frente de tu entrada con un escalofrío mágico en la espalda. ¿Puedes leerme la mente? La reina adolescente, el arma cargada, el sueño destrozado, el elegido, el acento sureño, el mundo inadvertido, la muralla de una ciudad, un trampolín... bueno, a mí no me importa si a ti no te importa, porque yo no brillo si tú no brillas. Antes de que saltes dime con qué te encuentras cuando me lees la mente. Deslizándome en mi fe antes de que caiga, él nunca devolvió esa llamada. Mujer, abre la puerta, no dejes que pique, quiero respirar ese fuego otra vez, a mí no me importa si a ti no te importa, porque yo no brillo si tú no brillas, apóyate en mí. Las estrellas resplandecen como diamantes en bruto cortados por el sol cuando me lees la mente."

viernes, 15 de febrero de 2013

La piel me la dejo sólo los viernes.

Me devora la rutina instalada en el frío amodorrado del silencio, a las cinco en tu portal y parece que fue ayer cuando pasábamos días contentándonos con dos líneas apresuradas "porque hoy es hoy", echo de menos la emoción, la contención que precede al primer beso, el deseo sonreído a la almohada, me abrasa la lluvia sobre nuestra piel sin ningún porqué, no entiendo que nadie le pida explicaciones a la lluvia; me hunde más y más en el agujero negro la gélida indiferencia, cuando llegas a casa y te derrumbas en la cama, y no me miras porque ya no sé cómo te llamas ni qué haces aquí. ¿Qué haces aquí? Seguro que tienes cosas mejores que hacer, cosas mejores que dibujar una vida pasiva que nos desgarra, nos desgarra por dentro cuando se nos escapa una sonrisa, una sonrisa pensando que en algún momento de nuestras vidas incluso llegamos a comernos con los ojos, no, mi vida, no, esto no es para mí.



-Las personas no deberían prometer lo que no piensan cumplir.
-Las promesas directamente no deberían existir.

jueves, 14 de febrero de 2013

Jugar a evitar lo inevitable.


- Ross, lo nuestro nunca queda en el pasado...
- Maldición. Lo nuestro nunca queda en el pasado.













RACHEL: "Ross, hola, soy yo. Acabo de volver a subir al avión. Me siento fatal... No quería que lo nuestro acabara de esta manera, pero es que no esperaba verte y de repente te has presentado en el aeropuerto diciéndome todas esas cosas... y ahora estoy aquí sentada pensando en todo lo que tendría que haberte dicho y no te he dicho... no sé, ni siquiera he podido decirte que yo también te quiero, porque desde luego que sí... te quiero. Te quiero... te quiero. ¿Qué estoy haciendo? ¡Te quiero! Tengo que verte, voy a bajar de este avión."
ROSS: Dios mío...
RACHEL:"-Disculpe...
-Señorita, siéntese, por favor.
-No... lo siento, usted no lo entiende, pero necesito bajar del avión, tengo que decirle a alguien que le quiero.
-Señorita, no puedo dejarle bajar del avión"
ROSS: ¡Deje que baje del avión!
RACHEL: "Por favor, trate de entender la situación, no podría simplemente dejar que baje del..."
ROSS: ¡No, no! Por el amor de Dios, ¿ha bajado del avión?, ¿ha bajado del avión?
RACHEL: He bajado del avión.


"Ambos sabemos que somos perfectos el uno para el otro"