jueves, 30 de mayo de 2013

Empieza el juego.

Me dan miedo las pestañas húmedas, las miradas arrancadas a los cordones de tus zapatos, me aterra ese temblor en tu voz y el abrazo de despedida que dura más de lo que debería, me hueles el pelo y me aprietas con fuerza antes de acariciarme por última vez; qué mal me saben las despedidas y cómo detesto esa mirada de aceptación. Te pasas la mano por el flequillo y me sonríes, porque no puedes evitar sonreír, coges la maleta y das golpecitos con los nudillos en la puerta antes de salir, como si esperaras que te dijera que no, que no tienes permiso para salir al portal, que te quedes conmigo. Vamos, deja de perder el tiempo, sal de aquí cuanto antes, ahórrate ahórrame ahórranos el mal rato y si eres tan amable coloca el felpudo al irte, que ya sabes que siempre se nos mueve y me pone de los nervios.

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