miércoles, 28 de septiembre de 2011

It's way too late to be this locked inside ourselves.

-No era una princesa. Era una niña, una niñata. Y se estaba derrumbando. Estaba en el borde del acantilado. Ella lo veía, él la veía. Estaban tan cerca que se podrían tocar... pero jamás lo harían. Y él se alejó por fin, mirándola a los ojos, con una sarcástica sonrisa y sin explicaciones fiel a su estilo. Y ella le miró, fiel al suyo, fría e inexpresiva, silenciosa, mientras su interior hacía besar a sus rodillas el suelo y gritar, morder, arañar, escupir, suplicar que no la dejase ahí, que la llevara con él, que haría lo que fuera, cambiaría, ¡ya lo vería!, ¡de verdad, cambiaría! ¡Lo juraba!
Pero no así su exterior: ella permaneció callada con los claros ojos clavados en su Tú, estoica, mientras su interior se intentaba revelar contra las cadenas que apresaban sus lágrimas, mientras My mistakes were made for you retumbaba en sus tímpanos, mientras sus sentimientos chillaban y se retorcían del dolor, pensando solo en agarrarle y hacerle detenerse en su ya inevitable marcha. Lo vio alejarse poco a poco destruyéndola a base de notas y pulseras, hasta desaparecer entre la lejana niebla.
-¿Y luego?
-Luego la Luz se apagó.



-¿No tienes nada que decir?
+Te quiero...