Can you see the real me?

Ella se llama Berta. Él no se llama Gonzalo, no se llama Fernando, en realidad no tiene nombre. Simplemente es él.

Es febrero pero no es el febrero que Berta se había imaginado. No está llorando.

Él sonríe a su mejor amiga y Berta le mira, le encanta esa sonrisa, pero no se decidirá a quererle hasta cuatro meses después.

Él lleva algo en la muñeca derecha. Un nudo. Tres dias después, lo desatará y atará con él el corazón de Berta. Berta no logrará desatarlo hasta algún 17. El sol y la melanina le jugarán una mala pasada.

Berta va a aprender que a veces las cosas no son lo que parecen, y que otras son exactamente eso. Va a sonreir más veces de las que ha sonreído en su vida, y va a dejar de llorar, va a crecer y hacerse más fuerte. Tendrá uno de los peores días de su vida y lo remarcará a base de lágrimas en el calendario, pero después se levantará y con una sonrisa irónica alzará la cabeza y mirará hacia delante. Comprenderá que no lo ha hecho bien. Él tampoco. 

Querrá a quien antes odió. Llorará. Pero no os preocupéis por Berta. No os apenéis por ella. Apenaos por él, que no tiene rumbo, ni siquiera tiene nombre.

-No creo que haga falta decir nada más.
+Dilo.