martes, 6 de septiembre de 2011

Amores tan extraños que te hacen cínica.

Y ya no volveremos a pasear por nuestras calles favoritas, tu casa dejará de ser mi segunda casa, tu vida dejará de ser mi lugar favorito para esconderme. No me llamarás a las doce de la noche para que baje a saborear tu compañía, no me acariciarás el pelo en un banco junto al supermercado ni me reprocharás que me ría por no llorar.
No me dirás qué es bueno y qué no lo es para mí, no te preocuparás por mi dependencia ni por mi obsesión dietética.
Y las cosas nunca volverán a ser iguales, no importa si revoloteo a tu alrededor que jamás volveremos a ser esas dos personas que se creían que el mundo se escondía en alzar la cabeza y ser felices.

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+Conclusión: que he sido una gilipollas...
-Eso no es verdad.
+Es una de esas personas que das gracias a Dios por que haya alguien como ella en este mundo de mierda.

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