sábado, 25 de diciembre de 2010

Joyeux Noël. Merry Christmas. Buon Natale. Feliz Navidad.

Entonces alguien te mira, te sonríe y te desea feliz Navidad. Y te fijas en que tiene la sonrisa más bonita que jamás habías visto. Ahí, creo que es ahí, cuando te das cuenta de que esa persona es tu mejor amig@, o la que ocupará mente y corazón en las próximas semanas, meses, años, vidas. Cuando te das cuenta de que si el mundo se acabase, esa sonrisa con ese "Feliz Navidad" bastarían para consolarte por completo, y con un abrazo de esa persona serias incluso feliz, con un mundo perfecto imaginario mientras el real se rompe a trozos. Es cuando te das cuenta de que siempre te quedará eso, da igual lo que pase o deje de pasar, quien venga o deje de venir.




Gracias a Dios que te tengo a ti.

viernes, 24 de diciembre de 2010

La vida no siempre ofrece segundas oportunidades.

Él observa el algodón de su camisa rozando su vientre, los vaqueros en el suelo, el cierre del sujetador saltando. Él jurará que la quiere, que quiere pasar el resto de su vida con ella, pero solo quiere pasar el resto de la noche. Ella sonríe amargamente y confía, confía... una y otra vez confía en él. Apaga la radio cuando suena esa canción, La Canción, hoy quiere no pensar en nada, hoy no...
Y se acerca al nuevo él dejando en el parquet un recuerdo de los tacones de aguja junto a su ropa interior.
Y él la deja tirada, como tantos antes que él, con un pitillo entre dos dedos de uñas mal pintadas de color carmesí, el pelo tan rebuelto como las sábanas y una sonrisa rota de decepción y aceptación.
Sus amigas se lo habían dicho, pero, a fin de cuentas, ¿qué sabían ellas? No sabían nada. Nada de él, o quizás nada de ella. Ella solo quería olvidarse de su príncipe que le salió rana, pegar con cola los pedazos de su corazón con mil bocas diferentes, sin darse cuenta de que ellos solo le ofrecían frágiles y dolorosas grapas.
¿Y ahora? Ahora no quiere entregarse a mil tirabocas, sino solo a una, no necesariamente la suya, no necesariamente la del chico de anoche, ni la del de anteanoche. Pero es demasiado tarde, se sabe malinterpretada de antemano, y lo cierto es que no le extraña.




Me habría gustado, y tú lo sabes...

lunes, 20 de diciembre de 2010

Ama a quien te ama, no a quien te ilusiona.

Que no dependo tanto de ti como podríamos esperar.
Que siempre he sido la primera en decir que la vida son dos días.
Yo también sé salir a comerme el mundo, ponerme guapa, soltarme el pelo y jugar a las niñatas como las que te van ahora. Yo también sé reírme de todo y de todos. Yo también sé tontear y calentar, ¿sabes? yo también puedo ser como ella.
Porque es eso lo que pasa, que lo que hace un año te gustaba, ahora no. Si hace un año te pillaste de la niña peculiar, especial, ÚNICA; este año las que te gustan son las chicas que se creen especiales, las chicas del montón, aunque podrías haber avisado, no puedo cambiar el Máster cada año para ser la chica que quieras, para ser TU chica.



-A ver, ¿tú estás pillada?
-No se lo digas a nadie, pero sí.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

O es blanco o es negro.

Que no me aclaro, dice.
Yo soy la que no se aclara porque parece feliz y dice que está triste. Tienes razón. Estos meses son poco tiempo para empezar a olvidar, ¿no es así?
Te recuerdo que fuiste tú el que olvidó a esa chica en cinco meses, y a mí en uno, tras jurar que no había ni punto de comparación. Tú el que no tenía claro qué era más fuerte, si lo que sentías por mí o el qué dirán. Tú que no sabías si querías o si no. Tú que cuando se te ocurrió decidirte ya era muy tarde. Demasiado..
Eras tú el que cuando había gente delante hacía lo imposible por demostrar que yo no valía nada, una distracción de un día, una pesada. Sin embargo, también eras tú el que me llamaba por teléfono cada noche para contarme de qué color era hoy la falda hippie de la de lengua.
Ahora bien, fuiste tú quien lamentó haber sido tan tocapelotas y no haberse aclarado.
Fuiste tú el que me lo dio todo, y luego me lo quitó. Tú el que juraba que no quería saber nada de mí, que ya me había olvidado, y lo juraba con los ojos húmedos. Tú el que quiso que dejásemos de hablar, pero me escribia mil y un blogs. Tú.


-No es siempre así.
-No. Contigo, no.

martes, 14 de diciembre de 2010

El alumno se convirtió en maestro.

¿Te acuerdas de cuando me pedías consejos sobre las relaciones? Yo era la experta, y solo te ganaba 1-0. Y cuando te empezó a gustar ella, ¿te acuerdas de eso? ¿De cómo me tragué mi mierda y te sonreí con dos cojones, como sólo una mejor amiga podría hacer? ¿Te acuerdas de las lágrimas que me hiciste derramar? No, cómo ibas a saberlo, ni te enterabas. ¿Recuerdas las formas de entrarle a una chica que te explicaba medio en coña medio en serio? ¿Lo que había que hacer al besarla? También te enseñé a pasar de una tía, a que no te afectase demasiado la relación para no acabar jodido, a mandarla a la mierda, a aprender a vivir sin ella, a permanecer duro como una roca cuando ella te suplicase. Era toda una maestra en ello, eso te decía, aunque no fuese verdad. Cómo actuar si no había beso con una chica normal. Cómo hacer que te desease más ignorándola. Cómo llegar al punto en que te importase un pimiento.
Qué necio fuiste, todo lo que me conocías y no pudiste darte cuenta de que yo nunca fui una chica normal.


-'Cause maybe you're gonna be the one that saves me.
-...and, after all, you're my wonderwall.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Smlie.

Cuando la felicidad se esconde en las sonrisas de los demás, no en las tuyas. Cuando al ver un abrazo entre dos desconocidos sientes una punzada de celos. Cuando un beso de compasión te acelera el corazón. Cuando buscas calor en todos y en nadie. Cuando necesitas desesperadamente conocer a alguien nuevo, alguien que te llene como hizo él, o como él no supo. Entonces, debes seguir la receta de la felicidad que se cita a continuación, ligeras variaciones según los gustos, ordenada por efectividad:

14.-Comprarte la Bravo, como a los doce años, leetela entera y finjir que no te das cuenta de cuánto has cambiado desde que te encantaba.
13.-El Burger King.
12.-Hacer de consejera amorosa.
11.-Ir de compras con tus mejores amigas. 
10.-Una copa de mojito.
9.-Comer un yogurt con demasiada azúcar.
8.-Hacer un brownie.
7.-Pasarte la tarde y la noche en una plataforma de la sala Macumba.
6.-Jugar a "Verdad o atrevimiento".
5.-Ir a dormir con tu mejor amiga, y no dormir en toda la noche.
4.-Tu canción favorita sonando a tope en los cascos del iPod.
3.-Una tarde riéndote sin poder parar.
2.- Abrazar a ese chico que te regala sonrisas cuando más las necesitas.   
1.-Olvidarle.
.sofia.



-¿En serio?
-...Te lo juro ;)

viernes, 10 de diciembre de 2010

Exámenes.

Atraviesa lo que queda de calle con ojeras marcadas y sueño acumulado. Suelo húmedo, hojas húmedas, ojos húmedos. Hace un repaso infructuoso del exámen de Biología; se permite un capricho. Hoy va a ir por su lado de la calle.

Contiene un suspiro y se le encoje el corazón al reconocer su cruce, sus sitios, donde se abrazaron, donde juró que algún día la besaría, donde hablaron, donde soñaron, donde se despidieron y se saludaron, donde rieron y lloraron. Donde se reencontraron. Un impulso gilipollas le hace girar la cabeza para ver si viene por la esquina. Qué tonta. Hace meses que no va por el mismo camino. Todo ha cambiado, incluso aquello que había permanecido sagrado. "¿Qué quieres que te diga?" había dicho él. Y era verdad, ¿que quería que le dijese? Ninguna palabra es válida o lícita para decir que se acabó.
Vuelve a las eucarióticas, se repite lo que ya se sabe y se olvida lo que no. La división celular le parece menos interesante que cualquier baldosa que les haya visto juntos. Algo le pica, se gira y le ve. En la acera opuesta, con los de siempre, mirándola, serio. Ahora, no se ríe de ella.

Ella entra en el colegio, deja las cosas, saluda y abraza a su dibujante de sonrisas personal y se sumerje en el mundo celular de nuevo. Las primeras horas pasan, rápidas, lentas, teñidas de sonrisas y de Biología.
Recreo. Estudia lo que le queda, como se esperaba, sigue igual que la noche anterior. La biblioteca se va vaciando, se van sus amigas, sus amigos y sus sonrisas. Pero sigue él. Él, oportuno. Él, eterno. Él, él, él, él. Mira su libro, tamborilea con los dedos sobre la mesa, canturrea, repite la lección moviendo los labios. Y el retículo endoplasmático y las vesíulas ya no existen para ella. Existen sus manos, sus brazos, su piel, sus labios, su pelo, y sus ojos que se levantan de pronto y la miran, tan como es él, tan como siempre.
Pero no como siempre, aparta la mirada por obligación más que por gusto.

Última hora. Examen. Puños que chocan. Abrazos de tranquilidad. Intercambio de pulseras de goma que nunca volvieron a sus dueños. Oraciones de última hora. Repaso inútil, y ya tiene el exámen sobre la mesa. Unos se saben más, otros menos. Dos o tres chuletas exitosas, una fallida. Intercambio de hojas de examen por detrás. Se termina el tiempo.

Sale de clase tranquila, con sus sonrisas y su amiga y sucede. Miradas que se cruzan, corazones que palpitan. El mundo se ha parado, pero los demás siguen, indistintamente, su ritmo de vida. Y él, también.



Todo va a pasar, pronto verás el sol brillar.

Un clavo saca a otro clavo.

Que ya sé que no eres tú, que ya sé que no me va a llenar él.
¿Quién, quién es él? Un auténtico desconocido. Alguien con quien no he hablado nunca, alguien que no se sabe mi vida y que ni siquiera desea saberla.
¡Alguien con quien no he montado historias malévolas, alguien que no me ha despertado a horas indecibles de la mañana cantándome el cumpleaños feliz, alguien que no es capaz de llamarme a las dos de la mañana
porque había prometido hacerlo, alguien...! Alguien que no sabe cortarme la respiración con un te quiero.
Tal vez salude como tú, camine como tú, me mire como tú, pero jamás será lo que fuiste tú.
Pero, ¿sabes...? A lo mejor si me sonríe olvido esa sonrisa que me pierde de cabrón.
A lo mejor si me abraza no extraño el olor de tu sudadera. A lo mejor, solo a lo mejor, si me besa olvido que tú no lo hiciste. Y a lo mejor, con alguien tan ajeno y tan cercano a ti consigo olvidarte.
¿Cómo es esa estupidez que dicen? Un clavo...


-¿Nunca?
-Nunca.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Conóceme.

Existe un patrón básico para las relaciones. No me refiero a las relaciones en general, me refiero a Las Relaciones. Esas en mayúscula y subrayado. Esas en las que al tipo duro se le cae la baba.
Puede haber variaciones, por ejemplo, puedes conocerle en una fiesta, en clase (típico chico que no sabías que existía), discoteca, bar, parque, casa, tejado, nube o fondo del mar.
Te haces su amiga y cada vez te quieres acercar más. Ahí empieza mi parte favorita, el conocer a la otra persona. Es donde se decide todo. Mismos gustos, gustos diferentes, o finjes un gusto igual. Le demuestras que eres genial y divertidísima.

Lo fantástico entre tú y yo es que no tengo que demostrarte nada, que no tienes que conocerme, que ya sabes que nunca me como las patatas fritas pero siempre las cojo, que me dan pánco los aviones, que me encantan los calcetines que me hacen parecer ridícula, que soy extraordinariamente celosa pero que nunca lo demuestro, que adoro que me llueva encima pero odio estar mojada, que no soporto qu me traten con ironía pero que adoro usarla, que meto mis recuerdos en una caja de madera, que es tremendamente fácil hacerme daño, que odio llorar en público y que adoro tu sonrisa.
 


-No es fácil.
-Nadie dijo que fuera fácil.