viernes, 10 de diciembre de 2010

Un clavo saca a otro clavo.

Que ya sé que no eres tú, que ya sé que no me va a llenar él.
¿Quién, quién es él? Un auténtico desconocido. Alguien con quien no he hablado nunca, alguien que no se sabe mi vida y que ni siquiera desea saberla.
¡Alguien con quien no he montado historias malévolas, alguien que no me ha despertado a horas indecibles de la mañana cantándome el cumpleaños feliz, alguien que no es capaz de llamarme a las dos de la mañana
porque había prometido hacerlo, alguien...! Alguien que no sabe cortarme la respiración con un te quiero.
Tal vez salude como tú, camine como tú, me mire como tú, pero jamás será lo que fuiste tú.
Pero, ¿sabes...? A lo mejor si me sonríe olvido esa sonrisa que me pierde de cabrón.
A lo mejor si me abraza no extraño el olor de tu sudadera. A lo mejor, solo a lo mejor, si me besa olvido que tú no lo hiciste. Y a lo mejor, con alguien tan ajeno y tan cercano a ti consigo olvidarte.
¿Cómo es esa estupidez que dicen? Un clavo...


-¿Nunca?
-Nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario