miércoles, 15 de diciembre de 2010

O es blanco o es negro.

Que no me aclaro, dice.
Yo soy la que no se aclara porque parece feliz y dice que está triste. Tienes razón. Estos meses son poco tiempo para empezar a olvidar, ¿no es así?
Te recuerdo que fuiste tú el que olvidó a esa chica en cinco meses, y a mí en uno, tras jurar que no había ni punto de comparación. Tú el que no tenía claro qué era más fuerte, si lo que sentías por mí o el qué dirán. Tú que no sabías si querías o si no. Tú que cuando se te ocurrió decidirte ya era muy tarde. Demasiado..
Eras tú el que cuando había gente delante hacía lo imposible por demostrar que yo no valía nada, una distracción de un día, una pesada. Sin embargo, también eras tú el que me llamaba por teléfono cada noche para contarme de qué color era hoy la falda hippie de la de lengua.
Ahora bien, fuiste tú quien lamentó haber sido tan tocapelotas y no haberse aclarado.
Fuiste tú el que me lo dio todo, y luego me lo quitó. Tú el que juraba que no quería saber nada de mí, que ya me había olvidado, y lo juraba con los ojos húmedos. Tú el que quiso que dejásemos de hablar, pero me escribia mil y un blogs. Tú.


-No es siempre así.
-No. Contigo, no.

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