jueves, 29 de diciembre de 2011

The grass is always greener on the other side.

No sabe lo que tenía apuntado, le confiesa, después de haber entregado al fuego sus líneas de escaso valor. Solo recuerda una página que se quedó grabada a fuego en sus manos que ahora mira con culpabilidad, una tarde normal o quizá no tanto, y es que nunca podrá olvidar sus enormes ojos abiertos como platos bajo ese gorrito de lana, y sus labios entreabiertos en esa cara suya de constante preocupación. Y se le ha grabado esa imagen de ella con las manos en los bolsillos de su abriguito de señorita, temblando en frete de él tras haber cruzado presurosa la calle. Nunca se le va a borrar cómo una lágrima desobediente se le escapó de los ojos y recorrió su pálida mejilla, mientras frozaba una sonrisa y le ensordecía susurrando que "todos los juegos tienen que tener un perdedor", y por qué no gritarle a su dulce recuerdo que perdona bonita, pero en este perdieron todos.


+¿Qué es eso de que las mujeres no valemos la pena?
'Llevo solo una tarde hablando contigo y ya estoy convencido de que vales mucho la pena. Hay excepciones, ¿sabes?

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Besito en la punta de la nariz.

Habla de forma atropellada, como siempre que se pone nerviosa.
+ Eres un capullo y no tienes ni idea de nada. ¡Inútil, inútil, inútil! ¡Idiota! Te crees muy interesante con tu chupa de cuero y tus vaqueros caídos. No sabes que cuando tú vas, yo ya he ido y vuelto mil veces. Que se te da muy bien el jugueteo pero en esto del amor soy yo la que sabe. Y mi pintauñas verde, la partitura de tus pasos. Y tu sonrisa caída cuando me ves aparecer, solo la muestra de tu debilidad. Pero no importa, recoge, rápido, monta el tablero y empezamos otra vez. Ya aprenderás que cuando me ves bajar del Ford se te cae el mundo al suelo, que construyo tus sueños más húmedos, que me qui...
-¿Que te qué? - Sonrisa de refilón adornada con un levantamiento de ceja.
+Nada. - Temblor de hombros y mejillas enrojeciendo.
Risa entre dulce y humillante, un paso hacia ella, besito en la nariz.


+Me ha ayudado más que la mayoría de personas que conozco desde siempre, y doy gracias a Dios todos los días por habérmela cruzado.
-Yo también, la quiero muchísimo.

martes, 27 de diciembre de 2011

Déjalo, esto ya fue, en su momento, demasiado lejos.

- Me gustaba mirarte cuando pensabas que no lo hacía... Me gustaba sentir cómo te acucurrabas a mi lado... Me gustaba cómo subías los peldaños de tu portal con las llaves en la mano dando saltitos, y cómo mirabas desde los cristales de la puerta sonriendo cuando estabas dentro... Me gustaba que me llamaras en susurros asustada desde mi cama cuando apagaba la luz... Me gustaba que te quedaras dormida al teléfono y oir tu respiración plácida... Me gustaba que te mirases de frente en los espejos de todas las tiendas... Me gustaba que canturreases canciones que sabías que eran malas... Me gustaba tu forma de reírte cuando lo hacías con ganas... Me gustaba verte sonreír mirándome a los ojos extrañada... Me gustaba... Me gustaba quererte.

+ ¿Y ahora? ¿Ya no te gusta?

- ¿Ahora? Ahora me mata.






<¿Lo vas a guardar?
+Siempre lo guardo todo, me gusta recordar.
<A lo mejor es por eso que te cuesta tanto pasar página siempre, ¿no lo has pensado?

sábado, 24 de diciembre de 2011

Don't you know you might find a better place to play?

¿Es que no vamos a aprender nunca? No funcionó, no funcionará, estamos perdiendo el tiempo. Encajamos a la perfección pero no somos piezas del mismo puzle. Y nunca lo seremos. Nunca lo fuimos.
Ya sabemos qué hay que hacer para dejar ir las noches entre risas susurradas y los abrazos compungidos. Y los besos en la comisura. Y los motes cariñosos. Y nuestros te quieros más sinceros.
Ya sabemos cómo evitar llamarnos cada noche, y cómo resistirnos a contarnos cada día. Y cómo no sonreírnos, cómo no compartir la vida.
Sabemos cómo hacer para no querernos, cómo alejarnos, se nos da bien, es fácil, basta con no mirar, no pensar...
Sabemos perfectamente el mejor sistema para no ser nosotros mismos, para no llamarnos a las dos de la mañana ni vernos a las ocho. Para no mirarnos a través de mi ventana, para no querer vivir en nuestro mundo, donde solo cabíamos nosotros.
Entonces, ¿por qué no lo hacemos?

+¿Te pasarás un día?
[Prometido. Me caes 10. Y eres una chica 10. No te infravalores Kele, ¿vale?

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Inconvenientes vs. convenientes.

Vale, no quieres volver a nuestro mundo. Pero al fin y al cabo, nunca sales de él, si no es por ella es por mí. Qué le vamos a hacer. Por otro lado la gente diría que no la has superado. No creo que seamos del tipo de persona que se para a pensar en lo que dice la gente, ¿no? Además parecería una venganza mutua. No tengo claro si eso era inconveniente o conveniente...¿en qué habíamos quedado? Aparte, ya nos conocemos, sabemos como funcionamos, no hay factor sorpresa. Pero las relaciones son de dos. O de cuatro, claro. Somos un tabú. Pero de esos, ya no quedan. Da mucho, mucho vértigo. ¿Y a quién no le gusta la adrenalina?. No serías capaz de situarme entre tus prioridades, pero yo tampoco podría hacerlo por ti. No quiero ser un por qué no, pero ni tú mismo te crees que lo sería.
Vaya, nos hemos quedado sin inconvenientes.


+Es una locura
~A mi también se me da bien hacer locuras.

¿Decimos otro adiós, este a las palabras sin finalidad?

Dos de la mañana, observas tu reflejo en el espejo empañado del baño, te acuestas.
Sientes el roce aún frío de las sábanas, estás en tu mundo, casi diseñado a medida, la mirada fija en la pared. En ese momento un pensamiento indiscreto se cuela en tu mente y decides estudiar tu situación, calibrar, te giras hasta quedar boca arriba, de cara al techo y a los hechos. Los pensamientos, recuerdos, imaginaciones, ideas, discurren con libertad según los vas achivando en su rincón correspondiente. Finalmente, una risita malévola muy digna de tus pseudónimos asoma entre tus labios y se deleita en el placer innato de la ironía.
Tus manos manchadas de pasado colocan cuidadosamente la almohada, ya puedes dormir tranquilo.
Cojones.




+Si no, nos perderemos.
&Te hablaré como si no le conocieras.
+...?
&No, era para evitar el "¡No, eso nunca!"

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Castañas de Navidad.

Baja apresuradamente las escaleras de la estación de Quevedo con la bolsa de castañas danzando entre sus manos. Tiene que sacarse el abono de ese mes, el billetito rosa con tres viajes se deja ver en su bolsillo. Se sienta en el vagón con la bolsita sobre sus vaqueros. Han vuelto a cambiar el diseño. Hace un año era de otro color.
Is this it revela sus consabidas canciones, una tras otra, hasta Plaza de Castilla. Siente una mirada en su larga coleta y levanta la mirada. Se tropieza con unos ojos que solía describir como claros, y los suyos se iluminan. Se levanta con prisas y sale casi precipitándose del andén. Ahí están su sonrisa, sus maneras, sus zapatillas, su estilo apenas cambiado, solo algo difuminado. Lo abraza con fuerza y cariño sincero. Ahora huele diferente.
-No lo puedo creer. Hacía dos, tres...
+¡Dos años!-sonríe ella. Él se acuerda de la última vez que la vio, era abril aunque él no lo recuerda, qué guapa estaba. Aunque no tanto como ahora. Lleva el pelo más rizado, pero le queda bien. Y lleva un gorrito de lana que le pega mucho con su personalidad de niña. Tiene una sonrisa preciosa. Sus ojos siguen siendo los más inocentes que ha visto en su vida. Aunque ahora no estén húmedos como aquella vez.
Hablan durante treinta minutos que se pasan como segundos. Él se da cuenta de lo muchísimo que ha cambiado ella en todo este tiempo, y si no lo ha hecho, finge de maravilla.
-¿Cómo es que no nos hemos visto antes, en todo este tiempo?
+Probablemente porque me dijiste que no volveríamos a vernos.
Se ríe, mira al suelo y después a sus ojos, la frialdad y el estoicismo forzados siguen siendo su bandera, qué coño, sigue siendo la misma. Qué cabrona.


[Aquí para lo que quieras, ya lo sabes.
+Igualmente, no lo olvides!

domingo, 11 de diciembre de 2011

Y dando la vara desde hace unos 365 días, hora arriba, hora abajo.

Ojalá no te conociera, ojalá furas otra niñata entre veinticuatro, ojalá te hubieras comportado como tal. Ojalá pudiese odiarte con todas, todas mis fuerzas...
Ojalá pudiera empezar ahora a mirarte por los pasillos con fingida pasividad sin entender por que tú, y no yo. Ojalá fuese capaz de bromear con bastante crueldad sonbre improbables defectos tuyos. Ojalá el egoísmo te hubiera tomado por protagonista.
Ojalá, ojalá no te quisiese igual que a una hermana, ojalá hubiese algo lo suficientemente malo como para quitarme las ganas de cuidarte, ojalá nuestros recuerdos juntas fuesen fáciles de diluir.
Porque resulta tan sumamente fácil odiar, pero tan tremendamente doloroso querer...

-La verdad es que eres una perfecta extraña, pero me inspiras confianza.
+No me digas... tú a mí también. 
She thinks she's the one, but she's just one in twenty-four.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Y así hasta que sepamos dejar al pasado en un calendario viejo.

Camino por la calle, te miro, te sonrío, te cuento, me río. Me miras y fuerzas una sonrisa. Me sé de memoria tus mohínes, en dos años no has actualizado ninguno de ellos. Tamborileas con los dedos sobre la lata de Coca-Cola y miras alrededor fingiendo seguir con la cabeza un ritmo imaginario, te estás poniendo nervioso. Yo sigo, tranquila pero nerviosa, me haces sentir como si no hubiese cambiado, como si tuviese trece años y la inocencia en ese brillo que te gustaba de mis ojos, hablándote de todo y de nada, monologando, contándote experiencias más o menos interesantes, pero no hay historia más desastrosamente bonita que la nuestra, no hay historia que te obligue a interesarte.
¿Te crees que no me he dado cuenta? Han sonado dos nombres que no te hacen gracia esta tarde, y te ha faltado tiempo para apartar tus dedos de mis mechones oscuros y tus intentos de mi comisura.
¿Te crees que no te conozco? Podría entender a diez metros cuándo tu humor no es el mejor.
En ese momento el metro nos separa y me sonríes desde el otro lado del vagón. ¿Quiénes somos y quiénes hemos dejado de ser? No son nombres que hayamos oído hoy, no es un mal paso de ayer, tropezamos hace tiempo y aunque hace un mes intentásemos reponernos de la caída ya no somos las mismas personas que compartían hace dos años el tiempo, los sueños y los susurros.


+No me lo creo. Estoy a punto de entrar en los "hace un año que".
&El primer año se pasa rápido.
+Lo haría... volvería a Diciembre.

Te quiero, te quiero, te quiero...

+No me da miedo, no me daba miedo. No me daba miedo él, solo lo que él hacía de mí. Me daba miedo chasquear estresada la lengua delante del armario de mis hermanas decidiendo qué podía ponerme. Me daba miedo. Me daba miedo que siempre que dejaba volar mi imaginación, se empeñaba en aterrizar entre sus sábanas. Me daba miedo llenar concienzudamente páginas de un diario, y saber que pasara lo que pasase recordaría cuándo y dónde pasó, porque todos los días con él eran importantes. Y saber ya desde entonces que aunque dejase de estar enamorada de él, iba a seguir queriéndole, le iba a guardar cariño. Me daba miedo asociar una marca del moreno en mi muñeca izquierda con él hasta que llegase el invierno, que lo enfría y lo decolora todo. Me daba miedo querer hacerle daño para ver si verdaderamente le importaba lo suiciente para tener esa capacidad. Me daba miedo ir a donde habíamos estado, no fuera que nuestras pisadas me gritasen que le echaban de menos. Pero él, él nunca me dio miedo.
-Hablas mucho de él.
+Tú has preguntado, de acuerdo, ¿de qué quieres que hablemos?
-No sé, no es necesario que hables.
+Definitivamente me voy a casa, no hay quién coño os entienda.



+¿Debería preocuparme?
#Deja que mire... Sí, deberías preocuparte mucho.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Egoísmo.

Mi comida es mía, es la primera norma. La segunda es que necesito reírme para seguir viva, pero eso no viene a cuento.
Me cuesta ceder, las palabras más difíciles e incómodas de pronunciar son un lo siento. Y soy casi incapaz de decir te quiero. Tengo comportamientos bipolares. Evito el daño a toda costa, pasando por encima de lo que tenga que pasar. Pero una vez que llega, lo abrazo y me revuelvo en él. De alguna manera, me sienta bien...
La verdad es que tengo mucha facilidad para establecer preferencias, y siendo sincera, sincera de verdad, rara vez suponen una mínima incomodidad para mí.
Confieso que a veces me autoengaño, y me digo a mí misma que una situación está bien cuando estoy a gusto con ella. 
Hago favores a las personas que se los merecen, muchas veces con un interés personal como trasfondo. Excepto a dos únicas personas en el mundo, por las que me siento feliz al hacer un favor. Las dos personas que valen la pena de verdad, tú me entiendes.
No lloro cuando la gente llora. En realidad creo que no suelo llorar. Intento que me apenen las desgracias ajenas porque creo que es lo correcto, pero normalmente solo actúo como tengo que actuar por amor.
Sí, probablemente para variar tienes razón y soy una persona tremendamente egoísta, pero un día en el que mi vida latía por ti me acerqué a la mujer más recurrente que he conocido en mi vida y le dije que si ibas a ser feliz con ella, mi peor miedo sería mi más dulce recuerdo.


+Espera... te quiero.
<Y yo a ti, enana.
+¿Sabes que no se lo decía a nadie desde la última vez que se lo dije a él?
<Sí, lo sabia.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Calzoncillos de UK.

Pizza. Arturo Soria. Telefonillo. Timbre. Rosa, muuuuy rosa. Sofá. The bad thing. Cámara. Justin Bieber. Camiseta. Vestido. Azules. Manta. Rallitas. Vergüenza. Ginebra. Balcón. Calcetines usados. Otra vez sofá. Mariquitas. Más ginebra. Risas. Secretos en el baño. Más risas. Caldera rota. Todavía más risas. Encaje rosa. Pantalones. Leggins... y esto es todo amigos!!


& Perdóname, joder, te has ido y me siento fatal, después de haberlo hablado y decir que yo jamás lo haría, joder me siento como una cerda..
+ No te preocupes, tonta, si la situación es de lo más divertida...

sábado, 3 de diciembre de 2011

Yo curo más que todo lo que puedas respirar.

+ A lo mejor tendría que pedirle perdón, ya sabes, por no haberme dado cuenta de las cosas. Perdón por haberme callado. Perdón por no haberle salvado. O por no haber sido lo que esperaba de mí. Perdón por no haberle besado bajo la lluvia, o por habernos reído de un viernes 13 en mayo. Perdón por cogerle de la mano, y por sonreír cuando él sonreía. Y por ceder ante todo, e incluso por esperar con él al autobús. Perdón por no ser lo bastante buena... Perdón por haberme enamorado de él.

- No debes arrepentirte de haber tenido un sentimiento.

+ No lo hago.



+Le pedí ayuda al Santo, y sin que me diese cuenta, en Santiago se quedó...
# Eso es una señal.
+Será, pero me da muchísima pena perderla.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Si te busco tal vez podrías encontrarme.

Anoche soñé que no existían imposibles, soñé que las cosas eran exactamente como son, que una hora contigo puede ser eterna o durar dos minutos, que tú buscabas tu propio daño y que de pronto yo era capaz de alejarte de él, que las demás personas eran una alfombra que no lograba pisar sin escrúpulos, que me mantenía a tu lado desde la lejanía, mirándote, mirándome en un espejo y preguntándome en qué momento he llegado a este punto.
Soñé que a las siete y cuarto una vez al año nos sonreíamos cómplices de un pasado ya pisado, soñé que del amor pueden quedar posos hechos de cariño, soñé que mis lágrimas sólo conocían la intimidad, y me tendrás que perdonar, porque soñé que tú estabas incluído en la palabra intimidad.


+ Estoy condenada a vivir permanentemente anclada al masoquismo sentimental.
& Y yo condenada a vivir permanentemente anclada a Pablo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

La Navidad sabe cada vez menos a ti.

Vamos a pintarnos las uñas de veintemil tonos fluor, vamos a mirar desconcertadamente los autobuses, vamos a ir al centro en una squeda tremendamente irracional de una camiseta de los Arctic, vamos a beber cócteles muy dulces con pajitas muy largas, vamos a perdernos en el metro mejor indicado del mundo, vamos a aporrear un Noche de paz en una guitarra desafinada, vamos a hacer una limpieza intensiva de armario y por supuesto a llenar los huecos de la ropa vieja, vamos a Gran Vía a ver las luces de Navidad, vamos a subirnos en un autobús de dos plantas, vamos al cine a ver una película que permita gritos y comentarios inoportunos e indiscriminados y sobretodo vamos a reírnos de nuestras propias lágrimas.


¬ "El peor defecto: la cobardía"
+ Yo creo que hay defectos peores...
¬ No, creeme que puedes tener muchos defectos, pero la cobardía puede hacer muchísimo más daño. Lo comprobarás.
 


< Estas cosas me hacen pensar tanto...
+ No somos nada, ¿verdad?
< No, no es eso. Es que podrían haber sido ellos.
+ Podrían haber sido ellos...

sábado, 12 de noviembre de 2011

Nuestro mejor confidente.

Una vez leí que siempre queda una pizca de nosotros en los lugares que pisamos, como si la vida nos permitiese pulsar el rewind, como si las huellas de nuestras obras quedasen impresas para siempre en un cemento eternamente húmedo. Y como siempre es mucho más bonito creer en aquello que nos hace felices, yo digo que sí, que es cierto, y enfilo las calles que nos han robado miradas cuando necesito acordarme del color de tus pupilas o me siento en un columpio si me olvido de a qué sabe una risa, y que sí, que en las baldosas aún quedan restos del marcador con el que mi intimísima relataba historias muy probables en el rosa rabioso del suelo, y que los pasos de cebra se acuerdan de cinco cuentos diferentes que escucharon a medias.
Y que sí. Que de la misma forma que ya no veo Arturo Soria como el espejismo de un verano perdido, dejaré de ver mi calle con ese halo tuyo de posibilidad y misterio. Que dejaré de preguntarme si se te ocurre mirar hacia mi puerta cuando te sientas en el plástico que nos aprendimos de memoria. Que dejé de entender las letras de las canciones. Que dejé de recordar cuándo y por qué. Y los días serán solo días. Y dejé de buscarte al doblar la esquina. Que dejé de ir sola a esas columnas que ya no querían verme acompañada. Y que a lo mejor tenían razón.
Pero como las baldosas se saben nuestros secretos te diré que aunque dejes de acumular imposibles nunca será lo mismo algo tan estúpido como esperar sentada en una marquesina de autobús.



+...y ya está.
>Ya... ¿y vas a dejar que te la cuele otra vez?
+También puede estar diciendo la verdad.
>"Y si...", "y si...", "y si...". Parece mentira que aún no le conozcas nada.
+Parece mentira que tú le quieras tanto.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Solitos, juntitos.

No puede sentir dolor, porque solo se ríe de la propia ironía. No puede tenerle rencor, porque conoce esa sensación.
Ella, que le dio una y otra vez una semana como fiel auguradora. Ella, que juró una y otra vez que era la última oportunidad que le concedería. Ella, que una y otra vez se rió por no llorar. Ella, que se avergonzaba de su propio comportamiento. Ella, que quería verle la cara al revelarle que no todo es reversible, pero que no tuvo la oportunidad. Ella, que se dio cuenta de que un año no era suficiente para evitar que en dos días revivieran sus sentimientos de niña frustrada. Ella, que al volver a sentir esas mejillas en los labios, ahora como mujer, no pudo evitar dejarse llevar. Ella, que al abrazar a su pasado a oscuras comprobó con tristeza que le habría dado lo inentregable bajo esas sábanas de prestado. Ella, que redescubrió que lo que creía enterrado hacía meses se había convertido en su eterna debilidad. Ella, que confesó quién fue su primer y más auténtico amor.
Ella, yo, que no puedo tenerle rencor a Él, porque sinceramente amor, conozco esa sensación.





No regard for the cost of saying his feelings in the moments they were felt. And if he was calm like you...

viernes, 28 de octubre de 2011

Look what you've done.

+ Oye, que lo pone, mira...
 - Las calabazas son calabazas y no va a aparecer un príncipe con uno de tus zapatitos de cristal.
+ "Nota: todo tiene un trasfondo para él."
- Entenderás que...
+ Mira, vamos a llevarnos bien.
- También podríamos querernos.
+ ¿Intento yo hablar de arte? No te metas en mi terreno.
- Sabes que no puedes alejarte de mí...
+ Desaparece por favor.
Levanta las cejas, vive del cinismo, aparenta desconcierto pero no lo siente en absoluto. Finalmente se encoje de hombros y se aleja con su paso tranquilo, con las manos en los bolsillos de su cazadora, mientras ella sinceramente desconcertada le observa sabiendo que se va a arrepentir, y que para cuando esto ocurra él aparecerá entre las sombras con su sonrisa en formato triunfo para jugar un ratito más. Y que no es que no le importe, no es eso lo que ella cree... simplemente siempre será así, y por eso ya no es que no sea capaz de entregarle su confianza, es que ya no es capaz ni de darle un mínimo de credibilidad.



-¿Y si me haces daño? ¿Y si me enamoras, o me dejo enamorar?
+Me lo pagarías con siete años de mala suerte. ¿Y si me enamoras tú, o me dejo enamorar yo?
-Jamás haría daño a alguien como tú, antes me lo haría a mí mismo, no te preocupes por eso.

domingo, 23 de octubre de 2011

All those games you're gonna lose but you wanna play just in case.

Camina, o lo intenta, por la calle desconocida, amiga únicamente de su música y los recuerdos. Se acurruca en su blazer y acaricia los botones con las llemas de los dedos. Se ha perdido pero le parece lo menos importante en este momento. Los momentos, los recuerdos, las sensaciones, fogonazos que la desorientan aún más y la internan en ese laberinto incomprensible construído a base de sentimientos pero carente de ellos. La calle discurre bajo sus pies impasible, los árboles se alejan de ella. Esa falda que a él le gustaba. Los pensamientos la llevan a conclusiones imposibles, el viento conduce a unos mechones castaños escapados de su semirrecogido a acariciarle la nariz y las mejillas. Ese día. Cuántas sonrisas, cuántas risas, cuánto cariño. En aquel momento le pareció un día simplemente cualquiera, ahora es cualquier cosa excepto un simple día. Recuerdos que normalmente la harían sonreír, hacen que lo único que parece ser imposible es tragar saliva.

Salva de un salto el peldaño que la devuelve del paso de cebra a la acera y se abraza a sí misma en busca del calor que no encuentra lejos de su portal, reconoce la parada de metro de María Tudor y se apresura hasta ella. En tanto que espera sentada, juega con un mechero recordando todas esas cosas que ha hecho solo por llevarle la contraria. Y qué fácil parece a veces contentarse con solo creer, y ya está en el vagón. Y menta a la ironía. Sube una mujer con una cesta horrorosa. Cuán doloroso puede ser un recuerdo de un momento tan feliz.
Mira por la ventanilla una calle que los ha espiado juntos. Otro día cualquiera, formante de una rutina de normalidad maravillosa por el hecho de compartirla con él. Levanta la mirada y descubre su vista empañada, recuerda los besos de esquimal, las horas frente al espejo, ese perfume que le recuerda demasiado a sus columnas, ese diario lleno de esperanzas, separaciones, reconciliaciones, y la sorprende su mirada repentinamente despejada y sus manos descansando en su regazo ahora húmedas, y la mujer de la cesta la mira preocupada, pero la va a dejar lidiar con su curiosidad pasajera, se baja del vagón en la siguiente parada y emprende el camino aún largo a casa dejando que sus mejillas se sequen al viento, dejando que las lágrimas se desvanezcan así como los pensamientos inadecuados.




~Claro, pero tú le quieres un montón, ¿no?
+Haría lo que fuera por él, pero no por lo nuestro.

miércoles, 19 de octubre de 2011

No es más que un número.

¿Cómo que nunca lo hiciste? Sí, vamos, céntrate, igual no te acuerdas, o igual en este momento de tu vida no te apetece recordarlo, pero es cierto, piensa, era un día muy parecido a hoy, había algunas nubes, bueno muchas nubes, caían unas gotas tontas -menos de las que nos hubiesen gustado-, fue un momento de riesgo absoluto por todas las partes. Yo llevaba una camiseta de color salmón y los vaqueros, pero me puse una cazadora beis, hacía frío. Tú llevabas la tuya, los vaqueros claros de siempre y la bufanda del Madrid, y me dijiste que te gustaba mi pelo...
Tus uñas ya volvían a ser como de persona normal, por si te ayuda eso. Yo me refugié en la parada y en ti, me parecía que el frío calaba hasta los huesos, a ti no, a ti te gustaba mojarte así que te seguí hasta el pie de la carretera, en realidad poco importaba, te habría seguido hasta el fin del mundo y más si hubiera sido necesario. Sí, ahora ya te suena, nos reímos un rato de la situación fetichista que se repetía, y mi corazón se aceleró por miedo a acabar decepcionado durante los últimos treinta segundos. Pero eran las 19:14, y creo que era un 107, sí que era un 107. Y miré el reloj y eran las 19:14.
En seguida empezaría el juego entre el Madrid y el Levante, y otro todavía más emocionante y bastante más duradero entre tú y yo.





&No quiere perderte.
+Igual ya me ha perdido...

lunes, 17 de octubre de 2011

Tanto hablar del fin, que ahora apenas duele.

Déjalo correr, hazme caso, será lo mejor, deja que no duela, que no respire, que no pregunte, no preguntes. Deja las cosas como están, para bien o para mal, no quieras saber todo lo que tenía preparado para escupirte, no quieras oír cómo un corazón deja de latir, no quieras sentir un beso sin cariño, confía que es lo mejor, simplemente no dudes, no tiembles, no cuides, no mires si no quieres darte cuenta de que pretendiste coger una montaña sin asegurar un solo grano de arena.
Vamos a dejarlo así, podemos sonreírnos, podemos hablar, podemos reírnos, eludir los temas que nos han carcomido durante días y días, será lo mejor, dicen que cuando alguien te importa buscas lo mejor para él y no creo que quiera ver tu cara de fría y triste sorpresa al darte cuenta de que todo lo que creías tener en la palma de la mano se te escurrió entre los dedos.


<Dices que no, pero sé que jode, que jode muchísimo.
+No creas.
<¿No jode?
+Vale, sí.
Risas.



+Gilipollas.
*Te quiero aún más cuando te enfadas...

domingo, 16 de octubre de 2011

¿Cuál es el secreto de la felicidad?

Son las siete de la tarde y no tienen nada que hacer. Venga, que sí, que vamos. Se ríen de un bocadillo de salchichón y un batido de chocolate. Las suelas de sus zapatos acarician el asfalto que se conoce sus pasos de memoria. No sopla brisa ninguna, es un octubre cálido...
En su conversación no hay hueco para pasados ni cosas tristes, todo son esperanzas, nuevos planes. Nada importa. Todo es trascendental. No tienen a nadie. Las rodea demasiada gente. Su ropa de gala consiste en vaqueros y camiseta. Y que no, que no hace falta más. Nada más. Y qué son tres horas si te saben a tres minutos. Y qué son dieciséis años sin haberse hablado de esa manera. Viéndose a diario, casi de lejos en cien metros cuadrados.
Juntas, solas, vivas, cerca. Las dos. Consejeras. Emocionadas.
Simplemente Arturo Soria con un bocadillo de salchichón y un batido de chocolate... felicidad en estado puro.




#¡Perdónale, perdónale, perdónale!
+Pero que estoy hasta los cojones de los juegos.

jueves, 13 de octubre de 2011

Te quiero pero no te quiero cerca.


Sí que es necesario estar enamorada para escribir sobre el amor, si no has sentido cómo tu corazón gana una maratón al verle alzar la cabeza y mirarte, si no has robado un beso y lo has dejado a medias porque no hacías más que reírte, si no has mirado a tu alrededor y te has preguntado cómo es posible haberte levantado ese día sin pensar en él, si no te has aprendido todos sus lunares no te atrevas a decirme que puedes entender a quienes cambian los nombres de las estrellas, a quienes después de diez años siguen con ganas de ver a quien duerme a su lado, a quienes se sonríen a través de los cristales, no te atrevas a afirmar que puedes hacer algo con la mitad de fuerza, a quienes como yo recuperan una hoja de papel de apenas unas semanas antes, ¿quieres una prueba?:

"Cómo puedo no explicarte lo que siento al no sentir tus miradas, cómo puedo callarme sabiendo que mi piel quiere desgarrarse porque tus dedos ya no quieren jugar a recorrerla, cómo voy a ser fuerte si soy consciente del sangrado que me provoca tu sonrisa, si recuerdo cuando la sentía con los labios y le obligaba a perder uno de nuestros autobuses, si sé que despierto y aprieto los párpados rogando levantarme en mayo, si ya no tengo su forma de hablar y el calor de su aliento en mi cuello, mis dedos no se pierden en sus mechones que me empeño en llamar rubios, mis labios no se abren para acoger los suyos, mis manos buscan las suyas a mi lado, pero no está, ya no está, nunca más..."
Suficiente.




+¡Hasta mañana!
*Te quiero.
+¿Qué?
*Que te quiero.
+Ah, y yo a ti...

martes, 11 de octubre de 2011

Ella no sigue modas.


Montse le ha escrito, la hace reír. Recuerda esos días en los que nada ni nadie podía separarlas. No entendía nada a su alrededor. Qué lejos han quedado esos tiempos y qué poco ha crecido. Recuerda a Einstein, "comienza a manifestarse la madurez cuando descubrimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos". Einstein tenía Asperger. Lo dijo Javier. Javier... cuánto daño le ha hecho. Cuánto lo quería. Y qué rápido se le pasó en cuanto la quiso. Vale, basta. No quiere pensar en eso.
Se gira en la cama. Ahí está. Bea. Desde siempre, como siempre. Dormida. Cuantísimo la ha ayudado hasta cuando no quería escucharla. Bea la vio nacer a los cinco años. Y la vio andar, crecer, llorar. Gonzalo. Cuánto se involucró Bea con Gonzalo. Gonzalo. Aprieta los ojos. Se pregunta si volverá a querer a alguien de esa forma, por encima de todo y de todos. Gonzalo... una experiencia, así le gusta verlo ahora. Oscar Wilde dice que "experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones". Pues cuánta tiene ella. Algo le pasa en la muñeca izquierda. El roce de la sábana donde no suele sentirlo. Algo falta... busca debajo de la almohada, ahí está. No puede contar cuántas veces ha hecho y deshecho el mismo nudo solo en las últimas tres semanas. Ahoga una carcajada. Aquella vez, en junio, en ese banco, sola, con las tijeras intentando cortar los hilos que lo sujetaban al tiempo de evitar que le cayeran las lágrimas. Una tarea difícil, tenía que desistir en una de las dos cosas y eligió desistir en la primera. Él nunca lo supo. Tal vez todo habría sido más fácil llorando. Total, era una promesa destinada a ser rota. Llevaba ese vestido. Lo llevó cientos de veces, siempre cuando esperaba verle. Al final, él lo vio. Tampoco sirvió de mucho. Nada, experiencia, se gira de nuevo en la cama. Mira esa pared llena de te quieros más o menos sinceros, dos Gonzalos, tres Isabeles, cinco Montses. Y Margarita. Si Einstein era tan listo, Margarita es la persona más madura que conoce. Fernando. Cuánto le dolió verlo llorar. Aquel viernes, que llegó llorando por él y acabó llorando por Fernando. Rumores. El roce hace el cariño. Pero eso, ya lo tiene. Nada. Otra vuelta. Isabel le da los buenos días. La quiere. Desde siempre, para siempre. Como siempre.
Aquel día que durmió con ese amigo suyo, usaba la misma colonia que él. Se ríe. Nada mas acostarse, pensó: "qué putada". Su amigo la abrazó por la noche. Despertó creyéndose en otro sitio. Un bonito sueño.
Otro sueño más.



+No me puedo creer que me hayas traído aquí.
-Es todo por ti...

domingo, 9 de octubre de 2011

Cap ou pas cap?



Tengo que admitirlo, te lo has montado bien. Las cosas están como están, tú tiras los dados, mueves tu ficha, tan como siempre vas intentando romper mis esquemas. Y tengo que admitir que te lo has montado bien. También admito el tema de la originalidad, pero es que eres demasiado predecible, o tal vez te conozco demasiado bien. Predecible. Lo has hecho, vale, bien, juegas tu turno, levantas la ceja y esperas una reacción. Aquí la tienes. Tu ficha recorre el tablero a velocidades inimaginables, pero, ¿ahora? ¿Ahora qué? Ahora has vuelto a hacerlo, te has vuelto a equivocar, no sé si me decepcionas o me rompes una idealización barata pero realmente esperaba verte jugar con más táctica, de nuevo te equivocas y retrocedes tres casillas sin saberlo. Esperas tu turno.
No olvides que hay errores que se pagan y que a veces para volver a avanzar no basta con lanzar los dados y seguir jugando.





<Te quiero mucho, ¿vale?
+No me digas eso, por favor...
<Es que es la verdad.