domingo, 16 de octubre de 2011

¿Cuál es el secreto de la felicidad?

Son las siete de la tarde y no tienen nada que hacer. Venga, que sí, que vamos. Se ríen de un bocadillo de salchichón y un batido de chocolate. Las suelas de sus zapatos acarician el asfalto que se conoce sus pasos de memoria. No sopla brisa ninguna, es un octubre cálido...
En su conversación no hay hueco para pasados ni cosas tristes, todo son esperanzas, nuevos planes. Nada importa. Todo es trascendental. No tienen a nadie. Las rodea demasiada gente. Su ropa de gala consiste en vaqueros y camiseta. Y que no, que no hace falta más. Nada más. Y qué son tres horas si te saben a tres minutos. Y qué son dieciséis años sin haberse hablado de esa manera. Viéndose a diario, casi de lejos en cien metros cuadrados.
Juntas, solas, vivas, cerca. Las dos. Consejeras. Emocionadas.
Simplemente Arturo Soria con un bocadillo de salchichón y un batido de chocolate... felicidad en estado puro.




#¡Perdónale, perdónale, perdónale!
+Pero que estoy hasta los cojones de los juegos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario