martes, 4 de octubre de 2011

Dulce como el vino, salada como el mar.



Ella, que para vosotros responde al nombre de Isabel, ella, que se abraza a todo aquel que mira unos centímetros por debajo de su dulce barbilla, se juró un día entregarle su corazón a cualquiera que no la dañase profundo, ella que siempre va con una sonrisa de perfil por delante, ella que dice te quiero en cuanto ve una mirada a degüello, ella que se deja desnudar y conocer, ella que solo piensa en terminar con el dolor entregando lo único que es irrepetible en su vida, ella que cree en los cuentos, pero no en los príncipes, ella, que no le importa follarse al malo si así puede tener quien la abrace esta noche.

 

<Deja de darle vueltas. Ya está. Que es todo mentira. No hay "¿y si...?". Te aseguro que no lo hay. Que es un juego. Un puto juego. Pero, ¿qué pasa? Que eres tonta, Berta. Todas lo somos.
+¿Seguro que no te ha pasado nada?
<No. Seguro, no.

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