domingo, 6 de noviembre de 2011

Solitos, juntitos.

No puede sentir dolor, porque solo se ríe de la propia ironía. No puede tenerle rencor, porque conoce esa sensación.
Ella, que le dio una y otra vez una semana como fiel auguradora. Ella, que juró una y otra vez que era la última oportunidad que le concedería. Ella, que una y otra vez se rió por no llorar. Ella, que se avergonzaba de su propio comportamiento. Ella, que quería verle la cara al revelarle que no todo es reversible, pero que no tuvo la oportunidad. Ella, que se dio cuenta de que un año no era suficiente para evitar que en dos días revivieran sus sentimientos de niña frustrada. Ella, que al volver a sentir esas mejillas en los labios, ahora como mujer, no pudo evitar dejarse llevar. Ella, que al abrazar a su pasado a oscuras comprobó con tristeza que le habría dado lo inentregable bajo esas sábanas de prestado. Ella, que redescubrió que lo que creía enterrado hacía meses se había convertido en su eterna debilidad. Ella, que confesó quién fue su primer y más auténtico amor.
Ella, yo, que no puedo tenerle rencor a Él, porque sinceramente amor, conozco esa sensación.





No regard for the cost of saying his feelings in the moments they were felt. And if he was calm like you...

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