martes, 11 de junio de 2013

Ups

Fue un beso, solo un beso, ella separó los labios rojos como una granada y él se apresuró a fundirse en ellos, recolectaron sonrisas, suspiros y dulces mordiscos a ciegas, ella adelantó una mano para separar lo que su boca se había empeñado en volver a juntar y, dando un paso atrás, se dedicó a colocar sobre su melena encantadoramente despeinada la corona de flores que había estado a puntito de caerse, con la mirada perdida en algún punto de aquél prado. Él escrutó su rostro con desesperación en busca de algún indicio de que tuviera permiso para volver a beber de su aliento; y ella, sus ojitos dulces y su gesto infantil, no pudo reprimir una risita que no tenía muy claro si era de amor o de satisfacción porque, de todos modos, qué más da.


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