martes, 25 de junio de 2013

Fotografías firmadas por Polaroid

A treinta metros se pueden percibir las miradas ponzoñosas, no puede evitar mirarle, memorizar todos los gestos que creía conocer una vez más, camina en círculos colocando siempre un pie delante del otro para acabar en el mismo punto. 
Y es que no puede evitar mirarle, no puede evitar tocar madera todas las mañanas por él, no puede evitar besar unos dedos cruzados que sellaron mil juramentos con las sábanas de su cama y después los rompieron a fuerza de aprender a no llorar entre las mantas de otros nidos.
Y se tropieza con sus propios pies y se cae, y desde el suelo contempla el cielo que no alcanza con los dedos.
Gira la cabeza a tiempo para ver sus pasos perderse en el camino y en el tiempo.


-Juegas a sentir con un corazón vacío.
+Perdona, culpa  mía no es.

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