jueves, 27 de febrero de 2014

Forever Young

-Qué raro todo. Pero qué inevitable.
-¿Tú crees? Porque yo ya no lo sé.
-Creía que lo teníamos claro.
-Pues no, no lo tengo nada claro. No tengo nada claro que no tuviéramos más remedio que deshacernos en disculpas y tirar la toalla.
-¡Fuiste tú quien decidió que ya no podíamos más!
-¡Y no podíamos! Pero, ¿así? ¿en serio? Fue demasiado simple, demasiado de mentirijilla. Apuntamos, apretamos el gatillo y adiós al problema. Y todo lo que habíamos pasado, ¿qué? Y las promesas, ¿acaso recuerdas qué hicimos con ellas?
-Supongo que simplemente desaparecieron.
-Más bien las escondimos de la vista para que no molestaran. Pero lo que se promete a fuego queda grabado en el hielo.
-Entonces, ¿qué propones?
-No lo sé. Es solo que me parece demasiado fácil, demasiado cobarde, fingir que tu vida de los últimos años no ha ocurrido. A lo mejor no era la solución. Porque necesitábamos una solución. Pero a lo mejor necesitábamos otra. Arriesgar todo a una carta. Llegar al sol o morir abrasados.
-Curar en vez de amputar.

"Ese es el gran problema de los idealistas: viven rodeados de cobardes.
El Mundo es de los Valientes."


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