jueves, 21 de abril de 2011

Rien de rien.

   Délire          No. No quiero discutir mis estúpidos prejuicios por el alcohol o las drogas. No quiero hablar del romanticismo italiano, ni del expresionismo alemán. Tampoco quiero contarte lo que he hecho esta semana, cómo he dormido cada día sola y acompañada de tu olor, cómo cuando estaba triste te hablaba por la noche en ese rincón de mi cabeza donde ahora estás tú.
No quiero hablar de mi familia, ni de las clases, ni de música. No quiero que recordemos entrañables momentos junto a una columna, ni que hablemos con los pitufos en Marte.
Porque ahora mismo, ahora mismo, todo eso me da igual, me dan igual tus historias que me hacen reír a carcajadas y me dan igual mis manías a cual más estúpida, ahora mismo lo único que me apetece es que me digas que me quieres, me cojas de la mano y me lleves a ese lugar perfecto donde nadie nos molestará, ese faro maravilloso que espera impaciente, sí, al fin del mundo, solo eso, solo necesito eso, ¿sabes por qué?
Porque eres mi rincón favorito de Madrid.






- Hemos estado muy distantes allí. Te tenía en la habitación de al lado, y te he echado más de menos que a quien estaba aquí en Madrid.
+ Perdóname, lo siento...

No hay comentarios:

Publicar un comentario