jueves, 2 de noviembre de 2017

¿Y luego?


-Nadie te va a querer como yo.
Y en el brillo de sus ojos, cree ver cada grito. Cada malentendido y cada discusión. Llamadas a las tres de la mañana porque cómo va a saber si no que realmente estás en casa. Lanzarse a buscar consuelo en los brazos que la torturan.
Casi le parece escuchar... Palabras, palabras por todas partes. Palabras que la rodean y lanzan de un lado a otro. De la gente que le quiere, de la que no le quiere tanto.
Le tiene delante, ahí. Igual que un niño que, embelesado por la belleza de una mariposa, le corta las alas para hacerla suya. Porque no entiende que su belleza reside en su libertad. Porque no entiende nada. Nadie te va a querer como yo.
Ella aparta la mirada de sus ojos brillantes. De un golpe seco libera el brazo de la tenaza de sus dedos y desea con todas sus fuerzas que él tenga razón.



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