
Interiormente, todos tenemos un deseo oculto, por lo menos a mi siempre me cae un nombre de género masculino en mis deseos para el año nuevo. A veces cuesta darse cuenta de lo que realmente hay que agradecer.
No me refiero a el dinero, el amor o incluso la salud, sino algo que siempre esta ahí. Sí, me refiero a la amistad. Esa que muchas veces nos sabe un poco amarga, y otras tan sumamente dulce. Esa que puede no ser de siempre, pero esperas que dure para siempre. Sinceramente os lo digo, si paseando por los escaparates de Sol encontráis un buen amigo a buen precio, simplemente entrad, cogedlo y huíd con todas vuestras ganas, no dejéis que nada se interponga en vuestro camino, y brindad, brindad por esas amigas con las que se comparte todo y con las que puedes hablar cuando quieras de lo que quieras. ¿Que quizá no sea un para siempre? Tal vez, apostemos por el sí. Brindemos por el sí.
-Dime, ¿me has echado de menos?
-Pues claro que sí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario