jueves, 12 de abril de 2012

No fuimos mi culpa, fuimos gracias a mí.

Bien, las medias me favorecen, el vestido le guiña un ojo al espejo, el pelo me acaricia la espalda, me brillan los ojos pero qué más da, es mi momento. Mis pies bailan sobre las baldosas de la mediana; paso, paso, paso, salto, paso. Alcanzo a acariciar con las yemas de los dedos el hormigón que me separa de la carretera metros más abajo. El suelo tiembla cuando pasa un autobús y yo lo imito, cortesía fetichista. Tan, tan sencillo como cerrar los ojos y dar un paso al frente, sonrío, el viento me enreda los mechones castaños, el sol juega con mis ojos y con mis recuerdos, me río, solo eso, avanzar un paso, acabar con el cansancio.
A todo esto, igual debería mencionar que es culpa tuya, sí, tuya, que dé un paso al frente y desaparezca,  fácil,  morirme, desvanecerme, para que te des cuenta de lo que es echarme de menos de verdad, para que pruebes un pequeño bocado de lo que sería no tener unos ojos verdes clavados cada segundo en tu bienestar, para que recuerdes que guardaba recuerdos en una caja de madera, para que tus lágrimas se encuentren con esas mías que descansan en el suelo de mi patio, para que te bajes a cuatro paradas de Pio XII y creas verme ahí incapaz de ponerme de morros, para que acaricies el nudo de una pulsera como me gustaba hacer a mí. Espero que me veas en el fondo de todas las latas de Coca-cola a las que les quites la chapa murmurando el abecedario y que encuentres restos de mi olor en tu ropa. Tal vez te las arregles para acabar por leer de mi puño y letra todos los propósitos de olvidarte que no conseguí cumplir, y eran firmes, te lo juro. Podría darse que escuches todas nuestras canciones sentado muy cerca de mi casa con las piernas colgando donde cenamos y que te sientas solo, tan solo como  que te den ganas de coger el móvil y escribirme un mensaje sin pararte a pensar que no lo voy a leer. Sería bonito que empapes la almohada recordándome ahí, con los ojos abiertos de miedo y de amor, deseando quererte así todos los días ingenua como solo sabía ser yo.
De verdad, ha sido bonito quererte, ha sido bonito necesitarte y sobretodo ha sido bonito hacerte sonreír.

 

+¿Por qué no lo entiendes? Daría mi vida por él sin dudarlo un momento, preferiría morirme por él mañana que tener que envejecer sin volver a mirarle a los ojos

#Ojalá pudiera sentir una mínima parte de eso. Ojalá pudiera sentir una mínima parte de lo que he escrito.

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