viernes, 4 de mayo de 2012

Es sencillo, no se nos dan bien los empates.

Tal vez nunca debí cruzar esa puerta, nunca debí cerrarla a mis espaldas, cada día me convenzo más de que no debí jugar a completar tus frases en el calor de la mañana, probablemente fuera un error reírme de ti en el mismo lado del edredón, qué putada, en el último momento te escondiste como un niño asustado bajo la mesa al oír los truenos, y yo me hice la fuerte y me marché a caminar en la tormenta. Acabamos tú a salvo y yo empapada, pero total, a eso estábamos acostumbrados.


# Te veré antes.
+ ¡Claro!
# A no ser que le dé por ponerse enfermo...
+ ...Claro.

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