domingo, 6 de febrero de 2011

Disparar o morir.

Cuando eres una niña piensas que un día llegará ese príncipe de pelo abundante cual John Smith, se quedará prendado de tu sonrisa y os casaréis al cabo de una semana en una playa de Tuncuntú a lomos de un caballo blanco decorado con flores de colores.

http://oglobo.globo.com/blogs/arquivos_upload/2007/05/31_2125-princesa.jpgEso es lo que nos hace la influencia Disney, pongo un ejemplo barato: en la Sirenita Ariel rescata a Eric y el viéndola borrosa la busca por todo el planeta, todos sabemos que en la vida real Eric daría por hecho que le han sentado mal los anfetas.
Cuando eres una niña piensas que todo es fácil, ni se te ocurre imaginar esas chicas a las que tienes que superar, ese temblor y mariposeo cuando te chocas con él no tan sin querer, esas canciones que le dedicas, ese enrojecimiento si te hace un cumplido, la desesperación de no avanzar o el miedo al avanzar demasiado rápido.

Yo creo que el amor es algo abstracto, a cada persona le gusta vivirlo de distinta manera, en cualquier caso muchas veces es mejor atrasarnos diez años y finjir que tenemos un amor de película, porque si no hay caballos, príncipes ni flores siempre nos los podemos imaginar, porque los sueños no se cumplen solos y mucho menos a base de mejillas sonrosadas y canciones.
No se tú, pero yo ya tengo mi billete a Tuncuntú.






+Posible o probable.
-Probable.
+Posible.

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