lunes, 28 de febrero de 2011

¿Un juego de idiotas? Tal vez, pero era nuestro juego.

-Me pones muy chungo eso de quererte-él esbozó una sonrisa desoncertada en tanto que barajaba las cartas sobre la mesa de póquer-. A veces me adoras y otras me desprecias. Me cuentas todas esas cosas, la martirizas a ella, la destrozas. ¿Quién me dice que no irás por el mismo camino, eh? ¿Quién me asegura que seré feliz, que no lo convertirás en un espejismo? No, no me mires de refilón, no lo hagas más, porque ya cansa. Ahora estamos solos, mírame bien. Ahora no hay nadie para comprobar lo idiota que eres por lo que tienes delante, estamos tú y yo, que es cuando se supone que se ven las cosas de verdad, ¿no? Cuando las cosas de verdad valen.
>>Te diré una cosa. Lo que vale es que me mires continuamente y se te caiga la baba, que quieras pasar una noche conmigo, que me busques delante del mundo, que el mundo nos vea, sí, es lo que vale, lo que se demuestra día a día. Pero no, sigue con las cartas, no estoy enfadada, no estoy buscando una discusión, solo constato los hechos, solo eso. Es una de nuestras estúpidas reflexiones, una de tantas promesas de ilusión jamás cumplidas, solo eso...
http://shunyatamanoloab.files.wordpress.com/2010/09/imagen-4134330-2.jpg>>Te estás acordando de aquel día, ¿verdad?, tan lejano.Sé lo que sientes. Una innegable añoranza, no te apures, es normal. Nada de resentimientos, sé que no quieres hacerme daño. Oye, así vale, puedes repartir... desde el principio tú eres quien maneja la situación, yo solo ejercía de árbitro, te dejaba jugar como te gustaba hasta que eso se convertía en molesto, nunca tuve que actuar, la perfecta compenetración hablaba por sí sola. ¿Sabes? Vas a tener que explicarme lo de las fichitas... pero de todos modos, a ti te encanta sentir como que mandas, dominas, a mí me encanta que te encante, asi que jugamos a tu juego, me enseñas a jugar, todo va bien, pero no deja de ser tu juego, en el que sin riesgo no ganas y con riesgo muchas veces tampoco. Una puta ruleta rusa. ¿Y qué pasa si jugamos a mi juego? ¿Qué pasa si decido que vamos a querernos? Sí, no me mires con esa cara, recoje, que hoy toca Backgammon.





-Tienes que confiar en mí.
-Capaz.

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