jueves, 12 de mayo de 2011

Where the voice still echos...

Empuja con pesadez la puerta y atraviesa un portal pintado de recuerdos dulces y no tan dulces. La tarde se jura dura, sube las escaleras de una en una, dejando tiempo suficiente para memorizar cada peldaño.
Atraviesa la puerta, un beso a mamá y se encierra en su cuarto, en su mundo.
Desde la cama cree verle filosofar sobre su habitación. Como siempre, teniendo una opinión inamovible.
Por un momento está ahí, sus ojos la miran con fijeza y dibuja esa sonrisa que le hace querer enterrarle entre sus sábanas, en su mundo particular construido a base de palabras tambaleantes.
Y ella se descubre con los ojos húmedos y huye de esos colores llenos de recuerdos, con su música maquiavélica y cancerígena.
Pero no hay voluntad que la salve de volver a aquel lugar que vio tantas veces sus manos, volver allí y sentir su ausencia con más fuerza que cuando siente su presencia, y no hay modo de evitar volver allí una y otra y otra y otra vez en contra de su voluntad.
Durante el resto del día su sonrisa le acompañará como fiel can dondequiera que vaya.
Porque ella intentó tanto mantenerse lejos de su lugar de encuentro...




-Suena duro, lo es, pero la realidad es que se ha hartado de ti. Lo que pasa es que le importas y no quiere hacerte daño.
+Pero, ¿y si...?
-Deja de idear posibilidades para vuestra relación y empieza a idear posibilidades para vuestra no-relación.

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