sábado, 1 de diciembre de 2012

Anything else to say?

Hacía 128 días que no pensaba en él. Casi se había olvidado de cómo quedaba un amanecer recortado contra la costa del norte y contra unos mimitos muy sospechosos. Había conseguido meter su foto en el congelador, con marco y todo, para volver a dormir. Apenas permitía que se asomara un pequeño eco de su risa cuando el tiempo se volvía loco y decidía desatar el monzón en pleno Madrid. Los muñecos de nieve ya no le recordaban a calentar sus manos en los bolsillos de su abrigo, y de noche ya solo soñaba con él una noche de cada dos.
Hacía 128 días que no pensaba en él y volvía a casa mordiéndose las uñas distraidamente en el metro. Contó por tercera vez las paradas que le separaban de Cuatro Caminos maldiciendo al reloj mientras daba toquecitos con el pie en el suelo del vagón. El móvil castigado en el bolso y las uñas sin pintar. Escuchaba su iPod sin prestar demasiada atención, las canciones habían vuelto a ser solo canciones y no violaciones de la intimidad, Cuatro Caminos, trasbordo a la línea 1, hacía meses que no frecuentaba la línea 2. Unos ojos se fijaron en ella y el móvil empezó a vibrar incansable, pero ella ya nunca oye el móvil.
Ya no se le ocurre por qué no iba a llevar el móvil en el bolso, ni por qué pintarse, ya no llora con canciones ni coge la línea 2, hacía 128 días que no pensaba en él. Muy tarde, una verdadera pena.


I lived my dreams today.
I lived them yesterday, and I'll be living yours tomorrow.
Anything else to say?
I lived my dreams today.
I lived them yesterday, and I'll be living yours tomorrow.
So, don't look at me that way.

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