miércoles, 14 de marzo de 2012

I was born with a plastic spoon in my mouth.

Cierra los ojos y se abandona a la caricia del agua caliente, tal vez demasiado, sobre su cara. Oasis aporrea, la voz de Liam Gallagher crea en todo aquello ajeno a su música un silencio respetuoso y sagrado.
Baja la cabeza, se mira las manos, el vientre y los mechones empapados que enmarcan su cara. En su imaginación se amontonan recuerdos, días más o menos felices, conversaciones hipotéticas, momentos hipotéticos, se apoya en la pared para no desfallecer, el tacto es frío contra las yemas de sus dedos. Agradable consuelo. Acaricia la fresca pared, la besa, la abraza, dulce, dulce apoyo para su piel pálida. Se deja caer hasta el suelo, pero él no parece estar tampoco ahí para recogerla.
Los segundos se arrastran uno detrás de otro. El latido rítmico de Ruby adquiere un tinte melancólico mientras ella baja la guardia ante sí misma, el agua intenta arrancarle las lágrimas encerradas orgullosamente en su mirada, entra a borbotones por sus labios entreabiertos, le produce un atragantamiento continuo y dulce. Fácil. Tal vez demasiado; se ríe de sí misma, como hace todos los martes que caen en 13, y con esa sonrisa triste y rota que siempre la acompaña se aparta el pelo hacia atrás y le pregunta, dondequiera que esté, por qué. 



#Hoy me cae bien. Mañana te gritaré que te alejes, pero hoy me cae bien.
+No lo haría aunque lo gritaras cien veces...

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